Mientras los observadores y católicos alrededor del mundo quedaron estupefactos por cómo el Vaticano cedió ante las exigencias del régimen chino a cambio de relaciones diplomáticas, la prensa estatal china inmediatamente se apresuró a defender al Papa Francisco y a desestimar las críticas como nada más que los rencores de los “católicos estadounidenses”. Mientras tanto, la República Popular de China, regida por el ateo Partido Comunista Chino, no muestra indicios de haber reducido la persecución a cristianos en China, entre los que se encuentran católicos.
Recientemente se reportó que el Vaticano, bajo el mando del Papa Francisco, dejó afuera a dos obispos católicos chinos de las iglesias clandestinas llamadas “iglesias-hogar”, que fueron ordenadas hace muchos años por el Vaticano pero sin la aprobación del régimen chino. La semana pasada el Vaticano se movió rápidamente para reconocer la legitimidad de siete obispos impuestos por el régimen chino, que fueron seleccionados cuidadosamente para liderar las iglesias autorizadas por el régimen. El Vaticano previamente había excomulgado a estos individuos.
El poder para designar obispos, conocido como “investidura”, es considerado una de las enseñanzas fundamentales de la Iglesia Católica. Bajo el mando de todos los Papas anteriores, el Vaticano consistentemente rechazó la exigencia del régimen chino de designar él mismo a los obispos en China continental, una exigencia que tenía el propósito de mantener el control del régimen sobre los católicos en China.
Debido a esta y otras razones, el Vaticano y la República Popular China no han mantenido relaciones diplomáticas desde 1951. Si bien varios Papas antes de Francisco han intentado reanudar las relaciones del Vaticano con China, ninguno cruzó la línea de aceptar que el régimen chino prive al Vaticano de su poder de investidura.
El funeral del Obispo Joseph Fan Zhongliang, el difunto líder de la Iglesia Católica clandestina en Shanghai, 22 de marzo de 2014. Muchos católicos chinos, desafiando al régimen chino, asisten a las “iglesias-hogar” clandestinas en vez de a las iglesias de la Asociación Católica Patriótica de China (ACPC), autorizadas por el régimen. (Peter Parks/AFP/Getty Images)
Como tal, la jugada del Papa Francisco de quitar obispos de iglesias-hogar y reconocer a los designados por el régimen es visto como una sorprendente traición a las tradiciones católicas y a los 5 a 10 millones de católicos chinos, muchos de los cuales asisten a “iglesias-hogar” clandestinas en vez de a las iglesias autorizadas por el régimen de la Asociación Católica Patriótica de China (ACPC). Las iglesias-hogar y sus obispos “clandestinos” –que fueron ordenados legítimamente–, se han mantenido fieles al Vaticano y han estado resistiendo la persecución del régimen chino hasta ahora.
Con el asunto de la designación de obispos aparentemente resuelto, ahora muchos especulan que el régimen chino pronto hará su jugada para cerrar un acuerdo con el Vaticano, tal vez en apenas algunos meses.
Un obstáculo clave persiste para el Papa Francisco: apaciguar el disenso interno entre los católicos y lidiar con la respuesta negativa del público que ocasionaría este arreglo sin precedentes con el régimen chino.
La conciencia del Cardenal Zen
La cara pública de la oposición al acuerdo del Vaticano con China es Joseph Zen, el respetado ex Cardenal de Hong Kong que se jubiló en 2009 y se hizo bien conocido en años recientes por ser defensor de la democracia de Hong Kong y firme crítico del régimen chino.
“¿Soy yo el gran obstáculo en el proceso de llegar a un acuerdo entre el Vaticano y China?” escribió Zen en una carta abierta a la prensa. “Si es un mal acuerdo, estaría más que feliz de ser el obstáculo”.
El 12 de enero, el Cardenal retirado de 83 años de edad visitó el Vaticano y se reunió con el Papa Francisco para entregarle una carta de apelación escrita por uno de los obispos que se retiraron forzosamente y para pedir al Papa que no ceda ante el régimen chino. Los relatos difieren en cuanto a la reacción del Papa Francisco en la reunión. Según Zen, el Papa expresó sorpresa al enterarse de las noticias de cambios de obispos y dijo que había instruido a los funcionarios del Vaticano que no crearan mártires de los fieles católicos chinos.
No obstante, en un comunicado de prensa del 30 de enero, el Vaticano dijo que el Papa Francisco está en “constante contacto con sus colaboradores, en particular con aquellos en la Secretaría de Estado, en asuntos de China”. A pesar de que no se mencionó a Zen directamente, el Vaticano dijo que las personas dentro de la Iglesia Católica que son críticas de su política con China están “fomentando confusión y controversia”.
El Cardenal Joseph Zen, ex Cardenal de la Iglesia Católica de Hong Kong, habla en la Asociación de Periodistas de Hong Kong en Hong Kong, 14 de diciembre de 2010. En años recientes, Zen surgió como un resonante defensor de la democracia de Hong Kong y como un incansable crítico del régimen chino. (Daniel Sorabji/AFP/Getty Images)
En respuesta, Zen escribió en su blog que el comunicado de prensa del Vaticano implica que: o los funcionarios del Vaticano han estado mintiendo tanto al Papa Francisco como al público, o que el Papa Francisco le mintió, que siempre supo del plan de los funcionarios del Vaticano con el régimen chino y que aprueba lo que están haciendo.
“¿Si pienso que el Vaticano está traicionando la Iglesia Católica en China? Si es que van en la dirección en la que obviamente están yendo en base a lo que han estado haciendo en años y meses recientes, definitivamente sí”, dijo Zen.
Desde que el Papa Francisco fue electo en 2013, el Vaticano hizo numerosas propuestas al régimen chino, tales como el vuelo papal sobre China en 2014. La Gran Época también reportó el pasado octubre que un alto funcionario del Vaticano, el Arzobispo Savio Hon Tai-Fai, que era conocido por oponerse firmemente al régimen chino, fue quitado de un puesto clave en el Vaticano por el Papa Francisco. Es sabido que Hon es un cercano aliado de Zen y también es de Hong Kong, la única diócesis católica bajo la República Popular China que tiene alguna garantía de libertad de religión.
En una entrevista en vídeo con la cadena EWTN de TV Católica, Zen dijo que piensa que el Papa Francisco, que es de Argentina, alberga “compasión” por los comunistas latinoamericanos y no entiende el Partido Comunista Chino en lo absoluto.
Zen también dijo que el Papa Francisco demuestra un “optimismo” erróneo al tratar con el régimen chino, lo que según Zen es sorprendente, dado que los asesores de Francisco, especialmente su Secretario de Estado, el Cardenal Pietro Parolin, tienen años de experiencia negociando el acuerdo con China y deben saber que no se debe confiar en el régimen chino.
Los medios de comunicación estatales comunistas se apresuran a defender al Papa
Mientras que los reportes sobre el sometimiento del Vaticano al régimen chino han sido ampliamente citados como traición a los católicos chinos perseguidos, al menos se encontró un adepto: los medios de comunicación estatales del régimen chino.
En un artículo publicado el martes, el estatal Global Times dijo que “Beijing y el Vaticano establecerán relaciones diplomáticas tarde o temprano… el Papa Francisco tiene una imagen positiva entre el público chino”. El periódico es una publicación hermana del portavoz estatal Diario del Pueblo y no habla oficialmente por el régimen, pero de todos modos es famoso por servir como una versión tabloide de la propaganda del régimen.
Global Times también afirmó que son mayormente los “católicos estadounidenses” los que están organizando una guerra civil dentro de la iglesia en contra del Papa Francisco. Citó a Massimo Faggioli, un profesor de teología de la Universidad de Villanova, afirmando que “las críticas de EE. UU.” al Papa Francisco no son realmente por China sino que significan “un instrumento de oposición teológica al resto del pontificado de Francisco”.
No obstante, es poca la evidencia que sugiere que la cobertura negativa predominante de la prensa y las críticas al acuerdo del Papa Francisco con China estén motivados por un abanico de otras disputas dentro del Catolicismo. Las voces más resonantes contra el acuerdo vienen de católicos chinos en Hong Kong y otros lugares, tales como Joseph Zen, y también muchos viejos observadores de China que han criticado las violaciones del régimen chino a la libertad religiosa y los derechos humanos.
Cristianos chinos asisten a una misa de Noche Buena en la una Iglesia Católica en Beijing, 24 de diciembre de 2016. (Wang Zhao/AFP/Getty Images)
Esta tampoco sería la primera vez en que el Papa Francisco ha sido acusado de doblegarse a regímenes autoritarios anti Occidente, a menudo a costa de los cristianos. Anteriormente, los cristianos ucranianos criticaron de “fraticida” al Papa Francisco por restar importancia a la agresión de Rusia contra su país. Sospechan que el Papa Francisco lo hizo así para cortejar a la Iglesia Ortodoxa de Rusia, que tiene estrechos vínculos con el Kremlin.
De forma similar, el acercamiento a brazos abiertos del Papa Francisco a Cuba, como se reflejó en su visita al país en 2015, ha sido criticado por pasar por alto los aprietos que viven los disidentes prodemocracia de Cuba que aún están siendo fuertemente perseguidos por el régimen socialista unipartidista. Durante el viaje, el Papa Francisco se reunió con Fidel Castro, el entonces ex dictador de 89 años de edad, pero con ningún miembro de la comunidad disidente, como lo señaló el Washington Post.
El informe de la Comisión sobre Libertad Religiosa Internacional de EE. UU.y el informe del Departamento de Estado de EE. UU. sobre libertad religiosa internacional catalogaron de forma consistente a China como un serio violador a la libertad religiosa. Ambos informes continuaron documentando nuevas persecuciones a cristianos e iglesias clandestinas cada año.