Mientras se aguarda la Cumbre Inter-coreana, que será el escenario del histórico encuentro entre Kim Jong-un y Moon Jae-in, el Card. Andrew Yeom, arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang, resalta la misión fundamental de los cristianos en la búsqueda «de la unidad del pueblo coreano y la reconciliación de la península».
Un ejemplo de ello, además del trabajo caritativo que la Iglesia del Sur promueve en relación a la población del Norte, es el compromiso en la oración, expresado en una misa de Reconciliación que viene celebrándose todas las semanas desde hace ya 23 años, en la catedral de María Inmaculada, en Seúl.
Hace dos días, el Card. Yeom presidió la celebración número 1163, con la presencia de Mons. Marco Sprizzi, encargado de asuntos de la Nunciatura, y tres obispos auxiliares, Mons. Benedicto Son, Timoteo Yu y Job Koo, junto con el presbítero Aquiles Chung, responsable del Comité para la Reconciliación Nacional de la arquidiócesis.
Deseo ardiente de unidad en toda Corea
«El objetivo de celebrar la Santa Misa por la reconciliación nacional no es otro que cumplir con ardiente celo la misión que hemos heredado del Señor, como fieles discípulos suyos, de trabajar duro para que cada quien de nuestro pueblo en la península coreana tenga vida y la tenga en abundancia”, dijo el Cardenal Yeom, haciendo alusión al pasaje del Evangelio en el que el propio Jesús habla sobre la búsqueda de la unidad:
“El Padre y yo somos uno” ( Jn 10,30) y de cómo la Iglesia debe dedicarse a trabajar para que todos seamos uno, justamente como el Padre y el Hijo, nuestro Señor, son uno, reforzando de esta manera, su misión de ayudar en la reconciliación del pueblo coreano y fortaleciendo, su unidad con Dios (Cfr. Lumen Gentium, 1).
La importancia de la oración por la paz
«Al observar el viento de la paz que se la levantado recientemente sobre la península coreana expreso un profundo agradecimiento a Dios por esta Providencia que lo ha hecho posible», añadió el arzobispo de Seúl, destacando el hecho de que Dios siempre recuerda las ardientes súplicas ofrecidas por millones de coreanos a través de las Santas Misas, Rosarios, y demás oraciones.
La Virgen María, intercesora de la Paz
«Sobre todo, teniendo en cuenta la situación reciente -con nubes sombrías de tensión y adversidades acumulándose sobre la Península coreana, incluso con el riesgo de una guerra, a causa de la amenaza de las armas nucleares- creo que la cumbre Sur-Norte que se celebrará el 27 de abril ha de ser una invalorable oportunidad de gracia, que Dios ofrece a nuestro pueblo, siendo que tan profundamente desea la verdadera paz», continuó diciendo el purpurado en su homilía, remarcando que este hecho histórico ha sido también fruto de la intercesión de María Santísima, «que cuida de nuestro pueblo con un amor particular. Agradezco a ella de corazón».
Llamamiento del Papa Francisco en su visita a Corea
Por otra parte, el cardenal Yeom, mostró su gratitud, tanto a Benedicto XVI como al Papa Francisco, «por haber solicitado a las Autoridades responsables de la construcción de la paz en la península coreana, que resuelvan correctamente las cuestiones actuales a través del diálogo, pidiendo a todos los pueblos de buena voluntad del mundo rezar por esta intención, cada vez que se presentase la ocasión», y citó en particular, las palabras del Santo Padre Francisco durante la homilía de la Santa Misa por la paz y la reconciliación que presidió en esta Catedral de Myeong-dong al concluir su visita a Corea, en 2014:
“Recemos para que surjan nuevas oportunidades de diálogo, de encuentro, para que se superen las diferencias, para que, con generosidad constante, se preste asistencia humanitaria a cuantos pasan necesidad, y para que se extienda cada vez más la convicción de que todos los coreanos son hermanos y hermanas, miembros de una única familia, de un solo pueblo. Hablan la misma lengua” (18 agosto de 2014).
«Unas palabras proféticas, que todavía resuenan en mi corazón», concluyó el purpurado.