Decía Descartes que «hasta una falsa alegría suele ser preferible a una verdadera tristeza» precisamente por el hecho de que como seres humanos no nos gusta el dolor ni la melancolía.
El sufrimiento es, para nosotros, y de manera natural, algo que rechazamos y por eso muchas veces la ilusión o la fantasía es mejor que la realidad.
¿Pero de verdad podemos aceptar auto engañarnos para no sufrir o es mejor afrontar las cosas?
Aquí es cuestión de enfoques y maneras de ver la vida.
Por una parte están quiénes prefieren recibir las cosas «de golpe» y como son y quiénes optan por ponerle edulcorante a las situaciones.
Se puede pensar que es tonto optar por ignorar las situaciones o por vivir en una falsa alegría pero, por otra parte, también se nos puede preguntar:
¿Vale la pena estar tristes?
Porque muchas veces esas tristezas son por cosas que no podemos cambiar o en las que no tenemos injerencia, y es ahí dónde quizá el consejo del filósofo francés pudiese aplicar perfectamente: mejor reír [aunque sea falsamente] que llorar [por aquello que no puedo cambiar].
Y, si le sumamos el hecho de que la vida es relativa, efímera y que no la tenemos asegurada, es decir, no sabemos si mañana viviremos… vivir de forma relajada, feliz y sin estresarse por aquellas cosas que salen de nuestro control puede ser la mejor manera de gozar la vida.
Puede que un punto medio sea aceptable siempre que nos permita no perder los pies de la Tierra por tanto fantasear pero que nos lleve a conducirnos de una forma agradable y sin tanto sufrimiento en una vida que de por sí es dolorosa.
Descartes vivía el momento y, si de momento en momentos formamos nuestra vida, claro que es mejor siempre estar felices, aunque sea de forma falsa, que llenarnos de tristeza.
MENSAJE ESPECIAL: 
Como pudieron darse cuenta en el titular, esta es la edición número cincuenta de Hebdomadaria Reflexionem. Sí, es increíble.
El proyecto inició el 03 de marzo del 2017 con la intención de ser precisamente una publicación semanal en búsqueda de la reflexión y como un canal de comunicación diferente para los lectores del bLog de miguE; increíblemente Hebdomadaria Reflexionem ha crecido por su cuenta convirtiéndose ya no en un complemento de mi blog sino en una entidad propia.
De antemano muchas gracias por leerme y por abrir, semana a semana, cada artículo nuevo. Sin duda, como siempre digo, el saberme leído es la mejor recompensa.
Gracias.