Ante 70 mil personas que asisistieron al Vaticano, el papa Francisco proclamó ayer siete nuevos santos de la Iglesia católica.

Con las palabras: “Por el honor de la Santísima Trinidad, para la exaltación de la fe católica y el incremento de la vida cristiana, por la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y nuestra, después de haber largamente reflexionado, invocado muchas veces la ayuda divina, y escuchado el parecer de muchos de nuestros hermanos del episcopado, declaramos y definimos Santos y Bienaventurados a:

“Pablo VI, Oscar Arnulfo Romero Galdámez, Francesco Spinelli, Vincenzo Romano, María Caterina Kasper, Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús March Mesa y Nunzio Sulprizio y los inscribimos en el libro de los santos, estableciendo que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos”

La homilía

En la homilía, el pontífice invitó a liberarse de las riquezas y los poderes, a través de un llamado que también comienza desde dentro de la misma Iglesia católica que dirige. “Los inscribimos en el registro de los santos, estableciendo que en toda la Iglesia sean devotamente honrados entre los santos”, dijo el Papa, pronunciando la fórmula de canonización de los siete elegidos de la jornada.

La ceremonia se realizó ante una plaza San Pedro repleta de fieles, al menos 70 mil, venidos desde distintas partes del mundo y con la presencia del presidente de Italia, Sergio Mattarella, y la reina Sofía de España, a quienes Francisco saludó y agradeció. “La riqueza es peligrosa” porque “tener demasiado y querer demasiado sofoca nuestro corazón y nos hace incapaces de amar”, afirmó Jorge Mario Bergoglio en la misa.

“Sin un salto adelante en el amor, nuestra vida y nuestra Iglesia se enferman de egocentrismo: se busca la alegría en placeres pasajeros, nos encerramos en habladurías estériles, nos abandonamos a la monotonía de una vida cristiana sin despegue, donde un poco de narcisismo cubre la tristeza de permanecer incompletos”, agregó.

“Pidamos la gracia de saber dejar de lado las riquezas, abandonar nostalgias de cargos y poderes, dejar estructuras no adecuadas para el anuncio del Evangelio, los pesos que frenan la misión, los lazos que nos atan al mundo”, agregó.

El pontífice hizo un fuerte llamado en la homilía a construir un mundo más justo dirigido hacia las personas que dicen tener fe: “No basta no hacer nada malo para ser cristiano”, advirtió.

“Jesús cambió la perspectiva, desde los preceptos observados para obtener recompensas al amor gratuito y total. No se puede razonar en términos de demanda y oferta, sino que hace falta darlo todo”, explicó.

Los santos vivieron “sin tibiezas, sin cálculos” y “sin medios términos”, dijo Francisco en la canonización.

LOS SANTOS

Pablo VI. Papa italiano autor de la encíclica Humanae Vitae, sobre la defensa de la vida y la familia, advirtió los problemas del mundo a causa de la anticoncepción. Realizó el Concilio Vaticano II.

Giovani Battista. Nació en Lombardía (Italia 1897-1978). Fue Papa el 21 de junio de 1963 por 15 años.

Monseñor Romero. Arzobispo de San Salvador (El Salvador, 15 de agosto de 1917) murió mártir por odio a la fe (24 de marzo de 1980) asesinado cuando celebraba misa en medio de una naciente guerra civil entre la izquierda y la dictadura de derecha.

CANONIZADOS

Nazaria Ignacia de Santa Teresa de Jesús (10 de enero de 1889, Madrid España). Hermana de los Ancianos Desamparados, fundó la congregación Hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia, dedicada a ayudar a mujeres en Bolivia.

Vincenzo Romano, Sacerdote diocesano (3 de junio de 1751. Torre del Greco, Italia). Difundió la oración en transeúntes.

María Caterina (26 de mayo de 1820). En 1848, día de la Asunción, abrió las puertas de su hogar a los pobres y fundó la agrupación Esclavas Pobres de Jesucristo.