1. Estaba mirando –quizá en su rancho «La chingada»- al presidente López Obrador, en sus días de descanso, declarar que él es cristiano porque «Cristo es amor». Además antes de las elecciones de julio de 2018 firmó una alianza con el Partido Encuentro Social (PES) integrado por evangélicos. AMLO, como la mayoría de los políticos, no se compromete con discusiones ideológicas o filosóficas sobre religión o ateísmo o tipos de religión. Él plantea que servir al pueblo es lo más importante y quien no lo hace, aunque se diga religioso, es un farsante.
2. Todos los presidentes de México fueron religiosos; Juárez, Obregón, Calles y Cárdenas no fueron excepción; así ha convenido a la política electoral en nuestro país, una de las naciones más católicas del mundo. Sin embargo conservaron el llamado «Estado laico» decretado desde 1859 a raíz de la separación del Estado y la Iglesia católica. Se conocen algunas manifestaciones de gobernadores que se han rebelado contra la iglesia como Garrido Canabal en Tabasco, Mújica en Michoacán, Zuno en Jalisco; pero la confrontación más violenta fue la llamada guerra cristera de 1926 a 1929 durante el gobierno nacional de Elías Calles (1924-28) y el Maximato.
3. No olvidar que México fue diferente a otros países que firmaron concordatos u otro tipo de acuerdos similares con la Iglesia católica. Elevó a rango constitucional las Leyes de Reforma de 1859, que incluyeron la nacionalización de los bienes eclesiásticos, la separación de la Iglesia del Estado, la supresión de órdenes religiosas masculinas, el reconocimiento del matrimonio civil como único vínculo válido en el país, el carácter del Estado como responsable del registro civil de nacimientos, defunciones y la administración de cementerios, la reducción de las festividades religiosas católicas y la libertad de cultos religiosos.
4. Aunque se ha escrito que nuestra revolución de 1910-17 fue «interrumpida», la realidad es que fue plenamente burguesa. Tuvo un tinte anticlerical y antirreligioso que se plasmó en la Constitución de 1917: se prohibió la educación religiosa, el enclaustramiento conventual y el uso de vestimenta religiosa en la calle. El conflicto llevó a confrontaciones armadas entre el Estado y la Iglesia católica en la llamada Cristiada o Guerra de los Cristeros, ocurridos entre 1926 y 1929. La pacificación del conflicto hizo laxa la relación de la iglesia (con sus visitas papales) y el Estado.
5. En las últimas décadas en el mundo parece fortalecer se la iglesia protestante o evangélica que tienen sus raíces en el luteranismo, sobre todo aquellas corrientes que se han fortalecido en los EEUU con la protección del dinero. No se cuenta con mayores datos para conocer lo que sucederá en México con el lópezobradorismo en cuanto al choque de religiones. Lo importante es conocer la historia de confrontaciones entre el Estado y la iglesia exactamente a mediados del siglo XIX cuando los conservadores, terratenientes y la Iglesia controlaban casi toda la riqueza de México. López Obrador debe conocer bien los orígenes de los conflictos.