- Debido a las afectaciones que dejaron los sismos de septiembre de 2017 en las torres campanario del templo, as autoridades de la Secretaría de Cultura federal ordenaron que se dejaran de repicar las campanas por los riesgos que ello implicaba
- Gracias a los trabajos de recuperación y remodelación que se realizan, se estima que al finalizar el primer trimestre de este 2023 las más de 20 campanas de la Catedral de México vuelvan a escucharse en el Centro Histórico
- Las obras se han centrado en reforzar las claves de algunos arcos que se mvoieron, se inyectó argamasa en algunas grietas, se sustiteyeron las balaustradas rotas y se están revisando y analizando las estructuras de los camparios para obtener un dictamen sobre su condición
Debido a las afectaciones que dejaron los sismos de septiembre de 2017 en las torres campanario de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México las autoridades de la Secretaría de Cultura federal ordenaron que se dejaran de repicar las campanas por los riesgos que ello implicaba.
Luego de más de un lustro, y gracias a los trabajos de recuperación y remodelación que se realizan en esta histórica edificación colonial, se estima que al finalizar el primer trimestre de este 2023 las más de 20 campanas de la Catedral volverán a sonar.
Arturo Balandrano, director general de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural de la Secretaría de Cultura, indicó que para llevar a cabo las obras que se realizan en el lugar, mismas que iniciaron en septiembre de 2022, se contrató a una empresa especializada que se enfocó en recuperar la capacidad de resistencia de las torres.
“Sobre las campanas, a partir de los sismos dimos instrucciones de que ya no se tañeran por la vibración y los riesgos que podría tener. Esperamos que, terminando este trabajo, las campanas ya las podamos volver a tañer sin problema”, señaló.
No le pasó nada a las campanas de la Catedral de México
En entrevista con Desde la fe, el funcionario explicó que afortunadamente el movimiento telúrico de hace cinco años no afecto el sistema de sostenimiento del cuerpo de las más de 20 campanas de bronce, considerada cada una de ellas por sí misma como monumento histórico, por lo que no se le tuvo que realizar ningún tipo de intervención, “no están rotas, no les pasó nada”.
Sin embargo, continuó, las torres campanarios sí presentaron severas afectaciones, sobre todo en la estructura de mampostería de cantera, “ese trabajo de piedra sobre piedra, con un tallado maravilloso que terminó Manuel Tolsá con esculturas de los evangelistas ahí en la parte del último cuerpo, que coronan las dos torres”.
Dichas esculturas, indicó Balandrano, están siendo revisadas y analizadas para obtener un dictamen sobre su condición, debido a que están muy erosionadas por la contaminación y la lluvia ácida que hace que la cantera se desmorone. “Entonces, estamos haciendo un trabajo, primero de dictaminación, y ya un trabajo de recuperación de esas estructuras”.
¿Qué se hizo para reparar las campanas?
El director general de Sitios y Monumentos de Patrimonio Cultural explicó que derivado del movimiento telúrico algunas piezas de las balaustradas ser rompieron y alguna más se aflojaron, por lo que se procedió a realizar las sustituciones correspondientes y el ajuste de aquellas que así lo requirieran.
“Las torres de Catedral tienen en todos sus elementos balaustradas, algunas se rompieron, algunas se aflojaron y estaban a punto de caerse. Los que estaban rotos los sustituimos, los volvimos a tallar en el mismo tipo de cantera, del mismo banco, con el mismo color, para poderlos sustituir para que quedaran y tuvieran su aspecto original y las fijamos, pegados con argamasa, como originalmente se diseñó”, detalló.
Se reforzaron los arcos
Al referirse en específico a las obras en las estructuras de las torres campanario, comentó que debido a la sacudida y entre el movimiento de las piedras, las partes que más sufrieron los efectos fueron los vanos, los arcos, que tienen una composición de dovelas y una clave en el centro.
“Algunas de las claves de algunos de los arcos se movieron, como el arco se movió, algunas de las dovelas se movieron y algunos de los arcos se movieron de nivel, entonces los volvimos a poner en su nivel, las volvimos a pegar”, explicó.
De la misma manera, añadió, se detectaron algunas fisuras y grietas en donde se perdió la argamasa que pegaba piedra con piedra, por lo que se procedió a realizar el proceso de inyectado de argamasa.
“Preparamos el material aglutinante para inyectarle ese material al interior del cuerpo de los muros y poderle dar la solidez de roca que debe de tener, entonces todas esas fisuras y grietas fueron inyectados en los dos cuerpos de las torres”, concluyó Balandrano.