El próximo lunes 13 de marzo se cumplirán 10 años desde la elección del Papa Francisco. Mucho se ha dicho, y se dirá en los próximos días, sobre los hitos de su papado, y los cambios que ha traído a la Iglesia Católica. En este sentido, no hay dudas de que el diálogo interreligioso ha sido a lo largo de esta década uno de los aspectos centrales del trabajo de Francisco.
Para quienes lo conocieron primero como Jorge Bergoglio, no se trató de una sorpresa. Para el entonces Arzobispo de Buenos Aires el encuentro entre los credos siempre fue una misión personal, a la que se abocaba con gusto y pasión. Y el cambio de sede, idioma y vestimenta no fue impedimento para que esta especial afición continuara.
Así continuó la construcción de vínculos con las diversas comunidades, especialmente con el judaísmo y el islam. Claudio Epelman, Director Ejecutivo del Congreso Judío Latinoamericano, asegura que “estas cualidades tan particulares consolidaron al Papa Francisco no solamente como el líder de la Iglesia Católica, sino como un referente para la humanidad toda”.
Por eso, celebrar esta primera década del Papa Francisco es reconocer el rol fundamental que ha tenido en el acercamiento de las religiones, especialmente las llamadas “abrahámicas”, llevando la experiencia latinoamericana en términos de diálogo a un plano superior, pero sin perder la simpleza, humildad y cercanía que lo caracterizaron desde sus tiempos en la Argentina.
Son muchos los hitos que podríamos mencionar en este sentido, y comenzaron de manera casi simultánea a su elección como Papa. Porque ese mismo 13 de marzo el nuevo pontífice se comunicó personalmente con las autoridades de la Sinagoga de Roma para manifestar sus intenciones de profundizar los vínculos entre judíos y católicos. Un gesto que podría pensarse como apenas protocolar, pero que denotaba de manera simbólica la prioridad que Francisco asignaba al diálogo interreligioso.
A lo largo de los siguientes diez años, los gestos continuaron. Visitas al campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, rezos en el muro de los lamentos y hasta un viaje inédito por varios países árabes que culminó con la histórica firma, junto al Gran Imam de Al-Azahar, del “Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común”.
No hay dudas de que el acercamiento con el mundo islámico destacó por lo novedoso. Por su parte, el vínculo con las comunidades judías lo hizo por su profundidad. Confirmación de aquello fue la última sesión del Comité Ejecutivo del Congreso Judío Mundial -la organización que federa a las comunidades judías del mundo- que tuvo lugar nada más y nada menos que en el Aula del Sínodo del Vaticano. Allí donde los cardenales habitualmente se reúnen para debatir el quehacer de la Iglesia, un grupo de 150 judíos debatió sobre sus propios desafíos. Se trató de un hecho sin precedentes, que culminó con un almuerzo con comida kosher, como dicta la ley judía. Porque abrir las puertas de aquel mítico espacio a la Comunidad Judía no se limitó a recibir a este centenar y medio de líderes, sino entender sus necesidades y respetar sus costumbres y tradiciones.
Por estos y otros tantos incontables gestos el Congreso Judío Latinoamericano saluda al Papa Francisco por estos diez años de papado, celebrando el camino recorrido y expectantes por todo aquello que aun queda por construir juntos.
Crédito de las fotos: Shahar Azran/WJC