¿Qué tengo que hacer para dejar de sufrir por lo que otros me dicen?

Como duele cuando uno ha sido lastimado, menospreciado o humillado. Tener que escuchar y aguantar insultos o malos tratos, es horrible. No existe razón lógica o sana por la cual existan personas que tengan la autoridad para poder gritar y mal decir tonterías; estas son gente fea, sin conciencia, ni respeto propio. El ser grosero, déspota o prepotente es solo el reflejo de la persona que lastima, generalmente estos individuos tienen poca autoestima y sus ofensas proyectan su poco amor propio, no tiene nada que ver con la persona a la cual insulta.Nadie tiene el derecho de ofender o lastimar a nadie bajo ninguna circunstancia.

Por supuesto que nadie te puede lastimar si tú no lo permites. Sin embargo, también es cierto que hay situaciones en donde los insultos y las agresiones suceden a pesar de que no deberían de suceder. En esos casos las palabras son filosas, muy dolorosas e incomodas, por más fuerte y equilibrado mentalmente sea la persona que la lastima.

Apréndete a querer y a respetar, así nadie podrá abusar de ti. Quizá no todos te lleguen a querer pero nadie te podrá lastimar.

A pesar de que se puede tratar de entender y procesar cualquier tipo de comentarios, insultos, humillaciones etc. recibido, el dolor que se siente es auténtico. De que duele, duele. Es por eso que es importante poder entender y diferenciar lo que se escucha de la realidad; Evitando así la sensación de vacío que deja una humillación.

Los problemas y los conflictos son inevitables. Después de todo, la vida es complicada y desafortunadamente ocurren incidentes desagradables. La elección de sufrir o crecer es completamente personal. Se puede actuar positiva y adecuadamente al transformar cualquier encuentro doloroso en una increíble oportunidad de crecimiento y desarrollo personal o se puede sufrir y caer en el juego enfermo y la devaluación personal.

Esto no quiere decir que hay que sufrir para crecer y madurar, pero definitivamente de la felicidad no se forjan tantos desarrollos personales como del dolor.

Cuando un pariente, un jefe o un amigo insulta existen tres opciones para actuar: Uno: ser grosero y reaccionar igual de pelado, reclamando y bajándose a su nivel provocando una pelea desgastante y enferma. Dos: ignorarlo, esperando que se baje la locura y el coraje del chiflado que grita y lastima, o Tres: aguantar los sentimientos propios como los machos, sin engancharse reconociendo que uno es capaz de desligarse del problema.

El secreto y el mejor consejo para poder aguantar y no caer en una lucha perdida, puede ser que hay que recordar que los locos, los borrachos, los gritones o cualquier tipo de persona que quiera abusar emocionalmente de uno, son simplemente eso, personas enfermas, tontas y perdidas con poca autoestima y con la necesidad de lastimar y aplastar a los demás para que ellos se sientan mejor.

También es importante recordar que uno es una persona valiosa; con una vida distinta a la del individuo espantoso que lastima. Así se reafirma la tolerancia y capacidad de permanecer calmado, sin dejar que la sangre hierva y se suba a la cabeza, evitando tomar los insultos personalmente.

La receta

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Validando tú persona

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Ingredientes:

  1. 1 taza de fortaleza- aguante ante una situación difícil y dolorosa
  2. 1 taza de tolerancia – compasión por la persona que le falta autoestima y auto respeto
  3. 2 manojos de inteligencia – reconocer la diferencia entre las palabras huecas y la realidad
  4. 1 cucharada de distancia – protección y separación mental de la situación
  5. 1 pieza de conciencia – aceptar la situación sin escusas o reproches
  6. 1 pieza de amor propio – recordar el valor propio y no dejarse llevar por el dolor

Recomendación del chef

No dejes que el dolor de las palabras huecas te quite tu luz y tu paz. Recuerda que este es solo un mal momento y lo vas a superar. Tú no eres la persona que estas hiriendo. El amor propio y la tolerancia aun cuando nos lastiman, ayudan a desarrollar un músculo espiritual que se necesita fortalecer.

Como superar el dolor de una humillación

  1. Es importante estar consciente de las debilidades propias. Cuando se reconoce lo que uno carece y se le acepta, nadie más lo puede menospreciar. Solo lastima lo que toca fondo y tiene el poder para despertar el malestar que está latente dentro de uno mismo si uno lo permite.
  2. Aprender a controlarse es una acción que trae grandes satisfacciones. El desafío consiste en retener la confianza en el momento en que parece más difícil y hay más aflicción. La alegría llega cundo uno puede conquistar sus impulsos negativos que solo provocan malestar y conflictos. Hay que reconocer que no por que otros lastimen, uno también lo tiene que hacer.
  3. Busca todo lo bueno que una mala situación te puede dejar. Si te lastiman te fortalecen, si te critican te hacen importante, si te envidan, te hacen valioso, y si te desean lo peor, te van a ver progresar. Lo importante es tener fe y no caer en el abuso emocional.