Los máximos representantes del Anglicanismo y el Catolicismo en Uruguay, junto con un centenar de fieles, realizaron el tradicional Vía Crucis ecuménico que recorrió el trayecto entre las catedrales de ambas iglesias en Montevideo, y pidieron por la unidad cristiana en el país.
«El mensaje es que estos días son muy importantes en la tradición cristiana y hacer algo juntos, los anglicanos y los romanos, es una señal a la población uruguaya de que, primero, la fe es importante y, segundo, que podemos trabajar juntos en muchas cosas», explicó a la prensa el obispo anglicano, Michelle Pollesel.
«Y demostrar nuestra fe públicamente es algo que nuestro Señor nos ha pedido hacer, entonces lo hacemos», remarcó.
Al comienzo de la celebración, Pollesel, junto con el cardenal católico, Daniel Sturla, y unas decenas de fieles, rezaron en la catedral de la Santísima Trinidad, sede de la comunión anglicana en Uruguay, y a continuación, realizaron el recorrido religioso hasta la Catedral Metropolitana católica.
Este es el cuarto año en que las dos representaciones cristianas celebraron juntas el Viernes Santo con la lectura de las 14 estaciones del Vía Crucis bíblico por las calles de la Ciudad Vieja.
Dentro de la catedral, Sturla y Pollesel se dirigieron al centenar de fieles congregados y expresaron su preocupación ante la «fragmentación social» de la sociedad uruguaya.
«Y parece que es un signo para la sociedad uruguaya, donde muchas veces nos enfrentamos o donde sabemos que en nuestra sociedad en otra hora tan integrada, hoy se ha ido fragmentando», precisó Sturla en el templo católico.
«Un signo de unidad en la fe cristiana, en la oración cristiana nos ayuda a todos y creo que también se transforma en una luz en este Viernes Santo», agregó el cardenal.
En ese sentido, Pollesel confesó haberla experimentado, y que en los cinco años que lleva en el país, «se ve que, aunque es un país muy pequeño, hay mucha fragmentación».
«Podría ser un país tan lindo, tan rico, pero hay tantos sectores que están como en lucha uno contra otro y no sé porqué, la verdad», concluyó el obispo.