Recientemente, apareció un video de Alaa al-Moussawi, jefe del Fondo de Donaciones Chiítas de Iraq, organización con financiación gubernamental para mantener sitios religiosos, donde aparentemente pide que cristianos y judíos de Iraq se conviertan al Islam, los maten o paguen “jizya”, tributo religioso para no musulmanes.
La filmación, que es de hace tres años, alarmó a la comunidad cristiana del país (casi no existe población judía en Iraq) debido a los paralelos entre sus comentarios y la retórica del brutal grupo militante ISIS. En 2014, después de que ISIS arrasó gran parte del norte de Iraq, los cristianos se vieron enfrentados a un ultimátum similar. Muchas familias optaron por huir de sus hogares después de que se vieron obligados a escoger entre la conversión y la muerte.
En una entrevista con al-Hurra, canal de noticias en árabe, al-Moussawi respondió a las críticas y dijo que lo habían sacado de contexto y que era un intento de los simpatizantes de ISIS de romper la relación entre las comunidades chiíta y cristiana de Iraq. También sostuvo que ese video en particular vino de una lección religiosa impartida en una mezquita en la ciudad sagrada de Najaf referida a no musulmanes en los inicios del Islam. Destacó que el objetivo de la conferencia era simplemente informativo y agregó que no hizo llamado alguno a lastimar a los crisitanos de Iraq.
En un intento de resolver la tensión entre ambas comunidades, al-Moussawi envió una delegación a las Brigadas Babilónicas, movimiento cristiano formado para reclamar tierra perdida en 2014, con una carta de disculpa donde explica el contexto del video.
La furia desencadenada por sus comentarios inicialmente llevaron a una serie de demandas judiciales contra al-Moussawi, incluida una interpuesta colectivamente por 180 familias por “instigar provocación contra los cristianos y perturbar la pluralidad de Iraq”. Sin embargo, se llegó a un entendimiento de retirar todos los reclamos después de una reunión formal con una delegación cristiana encabezada por Rayan al-Kildani, jefe de las Brigadas Babilónicas.
Acá se puede ver un video con la entrevista en cuestión de hace tres años:
‘No abandonaremos la tierra de nuestros padres y abuelos’
Desde el derrocamiento del régimen de Ba’ath en 2003, la comunidad cristiana de Iraq se ha reducido de 1.5 millones a cerca de 500,000 debido a un aumento en el sectarismo. Rikar Hussein, que informa para Voice of America, medio de comunicación con financiación del Gobierno de Estados Unidos, describió la realidad de la emigración cristiana:
Según el Consejo Iraquí de Ayuda Cristiana, organización sin fines de lucro que defende a las minorías cristianas en el país, la violencia sectaria luego de la invasión estadounidense de Iraq y el sistemático ataque contra minorías religiosas por parte de ISIS y otros grupos militantes han obligado a aproximadamente 80 por ciento de la población cristiana a dejar el país.
Aunque los tres últimos años han sido especialmente complicados para la comunidad cristiana iraquí, muchos han expresado su compromiso de regresar a sus hogares ancestrales en la provincia de Nínive. Según Louis Sako, jef de la Iglesia Caldea de Iraq, cerca de 1,300 familias quieren regresar rápidamente a sus ciudades liberadas, como Tal Usquf, Baqofa y Batnaya.
En un artículo para New Arab, Ninos Abdul Ahad, iraquí desplazado, prometió desafiante el regreso de la comunidad cristiana:
cristianos regresarán a su tierra, a pesar de la destrucción, reconstruiremos iglesias, colegios y hogares, y sacaremos a los remanentes de ISIS. No abandonaremos la tierra de nuestros padres y abuelos”.