En un mundo complejo, conflictivo y difícil de descifrar, el cristianismo católico se esfuerza por ofrecer espacios de reflexión, formación o profundización sobre los grandes retos de la humanidad para tener en cuenta los diferentes puntos de vista -científico, antropológico, filosófico, moral y espiritual- que nos permitan avanzar juntos como civilización humana.

Dialogo entre ciencia, filosofía y religión

Un ejemplo de ese diálogo que también se realiza con otras tradiciones espirituales y convicciones agnósticas y ateas se concreta en la actual reflexión sobre las consecuencias antropológicas, económicas, políticas, sociales, culturales e incluso religiosas de la inteligencia artificial.

Recientemente, y por mediación de mi buen amigo el abogado Jeffry A. Chinchilla Madrigal -doctorando en la Universidad de Navarra y asesor jurídico y docente en la Universidad de Costa Rica-, fui invitado por dicha universidad a participar en el diálogo La humanidad ante la inteligencia artificial: promesas y retos organizado por la Red para el Diálogo entre la Ciencia y la Religión (Redicire) que coordina el Dr. Luis Fernando Aragón-Vargas, con la colaboración del Lic. Carlos Tenorio Mora.

Es significativo destacar cómo dicha red ofrece un espacio de encuentro para el intercambio académico entre los campos de la ciencia y la religión, con apertura y respeto por las distintas perspectivas y cosmovisiones. De este modo, Redicire incentiva la reflexión rigurosa e interdisciplinaria para abordar los postulados científicos y los dogmas religiosos que rodean a los grandes temas de nuestro tiempo. Como hemos indicado, nace en la Universidad de Costa Rica (UCR) y dirige sus actividades a la comunidad universitaria y a la sociedad costarricense en general.

Pues bien, en dicho espacio transdisciplinar y académico, junto con el Dr. Javier Trejos Zelaya, director de la Escuela de Matemática de la UCR, el Dr. Óscar Alvarado Rodríguez, docente e investigador en la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva de la UCR y con D. Rafael Azofeifa, fundador de Atenea.AI, surgió, entre diversas reflexiones sobre el impacto de la inteligencia artificial en nuestras vidas presentes y futuras, la cuestión de si, algún día, la inteligencia artificial podrá elaborar textos sagrados.

¿La inteligencia artificial “revelará” un nuevo libro sagrado?

El historiador y escritor israelí Yuval Noah Harari vaticinó recientemente durante el foro Inteligencia artificial y el futuro de la humanidad que tuvo lugar en Lisboa (Portugal) el 19 de mayo de 2023 que en el futuro, la inteligencia artificial podría cambiar la religión e incluso crear textos sagrados.

Según el conocido gurú del transhumanismo, “en el futuro, podríamos ver los primeros cultos y religiones de la historia cuyos textos venerados fueron escritos por una inteligencia no humana”.

Harari añade que “las religiones a lo largo de la historia afirmaron que sus libros sagrados fueron escritos por una inteligencia sobrehumana desconocida. Esto nunca fue cierto antes. Sin embargo, esto podría hacerse realidad muy, muy rápidamente, con consecuencias de largo alcance”.

En este sentido, Harari señaló que gracias a las innovaciones de la inteligencia artificial esta “puede incluso escribir una nueva Biblia”.

Sin embargo, ante dichas afirmaciones, permítanme que lance las siguientes preguntas para el debate: ¿De verdad creemos seriamente que la inteligencia artificial podrá elaborar una nueva Biblia? ¿Nos imaginamos a la inteligencia artificial interpretando el contenido de la Biblia revelada? ¿Podemos encontrar ya intentos de utilizar la inteligencia artificial generativa para elaborar interpretaciones de determinados relatos bíblicos?

Para salir de dudas, tal vez ingenuamente, he realizado un par de ejercicios en esa dirección preguntando a una de las inteligencias artificiales generativas que tenemos en estos momentos a nuestra disposición:

La primera pregunta a ChatGPT ha sido la siguiente:

-¿Puedes crear nuevos textos sagrados? ¿Cómo lo harías?

La respuesta de la IA ha sido la siguiente:

“No, no puedo crear nuevos textos sagrados. Los textos sagrados son considerados producto de inspiración divina y un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad. Como inteligencia artificial, no tengo la capacidad de tener experiencias divinas o espirituales. Mi función es proporcionar información y ayudar a los usuarios a encontrar respuestas a sus preguntas, pero no puedo crear textos sagrados.

»Como modelo de lenguaje desarrollado por Open IA, no tengo la capacidad de crear nuevos textos sagrados o similares basados en la Biblia o en cualquier otra fuente religiosa. Aunque he sido entrenado en una amplia gama de textos, incluyendo la Biblia y otros textos religiosos, mi función es ayudarte a comprender mejor conceptos, responder preguntas y brindar información general sobre una amplia variedad de temas. Sin embargo, no tengo la capacidad de crear contenido sagrado, profético o divinamente inspirado. Si tienes alguna pregunta específica sobre la Biblia o algún pasaje en particular, estaré encantado de intentar ayudarte dentro de los límites de mi conocimiento preexistente”.

Ante esa respuesta, me he atrevido a realizar una segunda pregunta a ChatGPT:

-¿Cómo interpretarías el episodio bíblico de la Torre de Babel?

La respuesta de la IA ha sido la siguiente:

“El episodio bíblico de la Torre de Babel se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia. Según el relato, después del Diluvio, la humanidad se había multiplicado y había comenzado a construir una ciudad llamada Babel. Los habitantes de Babel decidieron construir una torre que llegara hasta el cielo para hacerse un nombre y evitar ser dispersados por toda la tierra.

»Sin embargo, esto no fue agradable para Dios, quien descendió para ver la ciudad y la torre. Al ver los planes y la ambición de los seres humanos, Dios decidió confundir su lenguaje. A partir de ese momento, las personas dejaron de entenderse entre sí y fueron dispersadas por toda la tierra, llevando consigo diferentes idiomas.

»La Torre de Babel se interpreta como un símbolo de la soberbia y el orgullo humano. La historia enseña la lección de que la arrogancia y la desobediencia a Dios llevan a la discordia y a la división entre las personas. Además, representa la diversidad de lenguas y la posterior formación de distintos grupos étnicos y culturales en el mundo”.

Ahí dejo el tema para la reflexión y el debate.