En la tarde del  lunes, el Papa Francisco se encontró con algunos refugiados acogidos en parroquias de Roma gracias a la experiencia que él mismo promovió el domingo 6 de septiembre de 2015 en el rezo del Ángelus.

Aquél día, pidió que todas las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de Europa, acojan a las familias de refugiados que llegan al continente al huir de la persecución religiosa y las guerras de sus países, entre ellos Siria e Irak.

El Pontífice se reunió con ellos antes de inaugurar el Congreso eclesial de la diócesis de Roma en la Basílica de San Juan de Letrán.

En total, son 38 las comunidades parroquiales y los institutos religiosos que en estos dos años han hospedado a 121 personas y cuya realidad le fue presentada al Papa en el marco de la Jornada Mundial del Refugiado que se celebra el  20 de junio.

Los refugiados a los que saludó el Santo Padre han pedido asilo y protección internacional y cuentan con la ayuda de la Caritas de la diócesis.

Después de rezar el Ángelus el domingo 18 de junio, el Pontífice aludió a esta Jornada de los Refugiados y manifestó que “encuentro personal con los refugiados disipa los miedos y las ideologías que distorsionan, y se convierte en factor de crecimiento en humanidad capaz de abrir espacio a los sentimientos de apertura y de construcción de puentes”.