Cada uno de nosotros necesitamos darnos la oportunidad de volver a comenzar en algunas áreas de nuestra vida.

Tal vez necesitemos un nuevo  comienzo con nosotros  mismos, tal vez la frustración o el  desánimo nos abruman por causa  que lo que un día nos  propusimos  y no hemos  logrado.

Tal vez  sea  nuestro  matrimonio,  o  la relación con nuestros hijos.

Pero los comienzos no son fáciles, antes habrá que terminar los ciclos, recordemos que  sin un final apropiado no puede haber un nuevo comienzo, todos vamos viviendo experiencias que nos marcan, situaciones que implican sufrimiento, dolor, rabia, incluso hasta rencor por alguna perdida, ya sea esta grande o pequeña. Lo aceptemos o no, nos guste o no, vivimos cambiando continuamente y esto llega a ser parte de nuestro crecimiento, del aumento de nuestra fortaleza y nuestra madurez

Son infinitas las situaciones que se pueden presentar en nuestra vida  que  impliquen perdidas, desapego y dolor.

En esas situaciones es necesario cerrar ciclos, no debemos  mantener heridas  latentes o quedar atascados en eventos, ni mantener conexiones enfermizas con lo que nos sucede ya que ello nos impedirá  avanzar a otras etapas de nuestra vida.

Es parte de nuestra evolución y crecimiento pasar por experiencias difíciles, por ellos es de suma importancia cerrar los ciclos.  Hay que aprender a soltar, ya que si  permanecemos  aferrados a lo que ya no está, a  lo que se fue, entonces no podremos  ver las oportunidades que se nos  presentan en el camino.

Esto nos  lleva a un desequilibrio que nos  roba la energía vital.

Es importante saber que Dios nos ha dotado de un poder que nos capacita para llevar a cabo  cierres y nuevos comienzos en nuestra vida.

La biblia le llama a este poder:  “ El Poder de la Resurrección”.

Hoy quizá lo que necesitas es ver una resurrección en tus sueños, en tus metas y en los objetivos que un día te propusiste  y que por una u otra razón hoy esta muertos o dormidos.

Recordemos siempre  DIOS ES UN DIOS DE NUEVAS OPORTUNIDADES Y NUEVOS COMIENZOS”.

Isaías nos sugiere que olvidemos las cosas de antaño y que no vivamos en el pasado, ya que nuestro  dolor,  nuestros errores o fracasos de  nuestro pasado o presente  no son el final.

Is 43:18-19 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

  1. He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

El Señor promete abrirnos un camino nuevo en el desierto de nuestra vida.

Tal como la muerte del Señor  Jesús era solo el preámbulo de un nuevo comienzo.

La resurrección de Jesucristo  no solo fue una nueva oportunidad para Él, sino más bien una nueva oportunidad para la humanidad.

Una  oportunidad para el perdón de los pecados, la oportunidad de la libertad, una oportunidad de sanidad. el final de la historia del hijo de dios no fue el viernes cuando fue crucificado y enterrado sino que su muerte  abrió el camino para nuestro nuevo comienzo.

Uno de los principios que aprendemos de la resurrección de nuestro Señor es que Dios termina lo que comienza.

El viernes de la crucifixión, Dios no había terminado su obra, faltaba la Resurrección, la Ascencion y  su regreso como el Espíritu Vivificante.

De la misma manera Dios no dejara su obra en nuestra  vida a medias, lo que Dios comenzó en nuestra familia, en nuestro matrimonio, en nuestro  cuerpo, en nuestras finanzas,  lo va a terminar.

NO DEPENDE DE NOSOTROS

Nuestro  nuevo comienzo no depende de nosotros, no es un poder que proviene de nosotros  o un poder de naturaleza humana, sino  en realidad es  un poder  de naturaleza divina que está dentro de nosotros y que podemos usarlo.

En Efesios 3:16 y 20  el Apóstol  Pablo  habla del poder que actúa en nosotros,  y del poder que nos fortalece en nuestro hombre interior.

Tal vez sintamos  que es viernes para nuestra familia,  nuestro matrimonio,  o para nuestra relación con los  hijos o para nuestro  negocio.

Dios termina lo que comienza  por lo tanto lo que ha comenzado en nuestra vida lo terminara.

AUNQUE NOS SIENTAMOS EN EL PEOR MOMENTO DE NUESTRA VIDA.

Nuestro nuevo comienzo se inicia cuando decidimos creer que todo  posible, cuando decidimos  cambiar nuestra manera de ver las circunstancias.

Lo importante es no estancarnos  en las estaciones del camino, sino más bien mantenernos enfocados en la victoria de Dios.

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”