Aunque pudiera parecer una inocente celebración en la que los niños salen a la calle a pedir dulces, su influencia es oscura y daña al alma y a la sociedad en la que lo celebran, además, quienes lo promueven, actúan en contra de la iglesia católica, manifestó el padre Álvaro Gutiérrez. Este 31 de octubre es Halloween, fecha en el que ya tradicionalmente en las comunidades de la frontera, los niños se disfrazan y salen a la calle a pedir dulces.

Gutiérrez comentó que a pesar de ser el Halloween una fiesta pagana con raíces celtas, no existe una condena explícita como tan en contra de esta, sino que desaconseja celebrarla.

Es una celebración celta, que habitaban la zona de Inglaterra e Irlanda, cuyos religiosos se llamaban druidas, que pensaban que la noche del 31 de octubre los espíritus podían venir a la tierra, es entonces que usaban muchos signos para engañar a los espíritus. “Se ponían máscaras para que los confundieran con espíritus y los dejaran en paz, les ponían ofrendas de dulces o de otras cosas, como para tenerlos contentos y evitar que esa noche los dañan”. El asunto es que esta celebración se ha ido comercializando y se le ha quitado el tinte que tenía, ya que por encima, parecía una fiesta de niños, en la que se divierten, se disfrazan, reciben dulces.

“El asunto es que las personas que se consagran a satanás, y que curiosamente siempre la consagración de satanás conlleva un desprecio precisamente a la iglesia católica –dijeras a todo lo cristiano, no, curiosamente a la iglesia católica- han tomado como su fiesta más importante esta noche”.

Es la noche del 31 de octubre cuando suceden dos eventos de manera simultánea, ya que mientras en apariencia, es una fiesta para los niños, realmente, este mismo grupo de gente hace celebraciones llamadas misas negras, donde se hacen profanaciones en contra de los signos de la iglesia católica.

“Una persona hace como que comulga y se roba una hostia, la escupen, la insultan y la destruyen, se la dan a comer a un animal, o asesinen animales como una manera de satisfacer las fuerzas del maligno, entonces finalmente la fiesta superficial favorece eso”.

Es por ello que la promoción del Halloween daña a la sociedad y a lo espiritual, en la que quizá el niño en su inocencia no busca promover el mal, pero eso predispone para que este tipo de cosas prosperen.

El simple hecho de que se celebre una misa negra en una ciudad, daña espiritualmente a esa ciudad. Es por ello que la iglesia católica desaconseja celebrar el Halloween, ya que les dan una versión inocente a los niños, de algo muy grave que sí está pasando en las sombras de todo eso.

Fiesta alterna

El padre Gutiérrez comentó que para contrarrestar lo anterior, se ha iniciado con una celebración alterna, que se ha dado a llamar “Holywins”, o la victoria de los santos, que se realiza en muchas comunidades y es para no quitarles a los niños el gusto por los dulces y de disfrazarse, pero que no quieren dañar su fe.

“Los niños se disfrazan de santos y van a repartir dulces en vez de recibir, o se hace una convivencia en la comunidad”. El año pasado los niños se disfrazaron de santos, fueron a pedir despensas para los pobres, y fueron recibidos en una convivencia, sin embargo, este año ya no se pudo realizar.