Salmos 46:10

Ciertamente nos resulta muy difícil satisfacer  la demanda hallada en este versículo  dado que  en la actualidad nos resulta  casi imposible permanecer quietos, sin movernos, sosegados, y tranquilos.

Hemos sido condicionados a no detenernos,  a funcionar en automático, a realizar cientos de actividades al mismo tiempo y este condicionamiento involucra no solo la actividad física sino también la actividad mental.

Si cumplimos con el requisito del salmo 46  de  permanecer quietos permitiendo así que Dios obre,  llegaremos  a conocerle  en verdad.

Lo primero que debemos hacer es  aprender a aquietar nuestra mente  puesto  que esta  trabaja constantemente, sin descanso  las 24 horas del día, siendo ella la  responsable del entendimiento,  de la capacidad de crear pensamientos, de  la creatividad, del aprendizaje, del raciocinio, de  la percepción, de  la emoción, de  la memoria, de  la imaginación, de la toma de decisiones , y de otras tantas habilidades cognitivas.

Debemos aprender a cesar toda  actividad externa e interna y desarrollar la práctica de interiorizar en nosotros mismos, aprender a disminuir el paso, ponernos en pausa, para entrar en comunicación con Dios, conectar con él, encender el circuito interior que está en nuestro espíritu y desconectarnos de todo lo exterior.

Practicas tan sencillas tales como leer la biblia, orar, meditar, hacer ejercicios de respiración,  conversar con Dios,  nos llevaran a aquietar nuestra alma.

Somos seres intelectuales maravillosos creados para establecer una relación directa con Dios, quien nos dará descanso; nuestros cuerpos físicos están cansados, aun mas lo está nuestra mente.

Somos víctimas de una excesiva actividad mental sometida a toda clase de estímulos, siendo bombardeados todo el tiempo con información continua y rápida  reducida muchas veces  a 140 caracteres.

Hemos desarrollado una adicción a la información rápida y a los estímulos  constantes visuales y auditivos, el excesivo uso de las redes sociales  y el  microblogging han intoxicado nuestra mente.

Los científicos han descubierto que los jóvenes emplean gran parte de su tiempo en ser multifuncionales y que el porcentaje ha aumentado hasta 120 por ciento en los últimos 10 años, por lo que la exposición simultánea a media electrónica durante la adolescencia como jugar un video juego y al mismo tiempo ver televisión esta aparentemente relacionado con aumento en la depresión y ansiedad en jóvenes adultos.

Investigadores en Noruega ha desarrollado un nuevo instrumento (Escala de Adicción Bergen) para medir la adicción a redes sociales y han encontrado que la multifuncionalidad en redes sociales es tan adictiva como las drogas, el alcohol y  el abuso de sustancias químicas.

Las redes se han convertido en causa principal de estrés y desarrollan un detrimento en el bienestar de sus  consumidores dado que la multifuncionalidad afecta la toma  de decisiones y  el pensar con claridad así como la pérdida del autocontrol.

Como resultado efecto de esta tendencia lidiamos con una sociedad de consumidores compulsivos,  con aumento de peso, con  desórdenes alimenticios,  con disminución de la atención y con falta de juicio.

Necesitamos  recuperar la cordura y la estabilidad emocional al  darnos  tiempo para reflexionar,   orar e  interiorizar nuestros pensamientos,  asentándolos de manera  profunda e  íntima en nuestra mente y en nuestro corazón,   para  mejorar nuestra salud mental y aumentar al mismo tiempo  nuestra capacidad espiritual de conocer a Dios y  establecer una relación estrecha y  cercana con Él.

 

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Nació en Parral, Chihuahua, México. Casada con Luis Ortega Madrid, es madre de tres hijas, Mirka, Aimee y Paola. Administra su propio negocio en la ciudad de San Diego Ca., ciudad donde radica. “Empecé esta maravillosa carrera de amar y servir al señor Jesucristo hace 38 años y ha sido durante este periodo de tiempo que Él ha enriquecido mi vida espiritual, la de mi familia y la de mis amigos, he recibido diversas capacitaciones y entrenamientos en denominaciones pentecostales, asambleas De Dios y en la iglesia local en Anaheim, Ca.”