Templos con osteoporosis y otros males que se manifestaron el 19 de septiembre del 2017

Templos aparentemente en buen estado de conservación sufrieron colapsos y daños severos tras el sismo del 19s. Pero, eran templos que contaban con mantenimiento, entonces, ¿qué fue lo qué pasó?

Podemos englobar los aspectos que afectaron a los templos en 3 generales:

1- intervenciones inadecuadas.

Losas y trabes de concreto armado, zunchos metálicos y construcciones nuevas adosadas actuaron como guillotinas o martillos contra la estructura antigua. Y es que se ha dicho mucho sobre que los materiales antiguos no son compatibles con los nuevos no por un tema de teorías de los restauradores ortodoxos sino más por la problemática escondida que implica. El trabajo estructural de estos elementos nuevos es distinto al comportamiento de la estructura de un edificio de piedra y más aún dista de uno de adobe o de fábricas mixtas por lo cual el esfuerzo mecánico choca entre una y otra estructura y la más endeble termina siendo fracturada.

2- Los trabajos de mantenimiento meramente estéticos.

Las acciones de mantenimiento más frecuentes en los templos mexicanos se enfocan a pintura vinílica en interior y exterior, embellecimiento del edificio a través de cambio de pisos “viejos” por pisos modernos o más emblemáticos para el templo y resanes de cemento en muros, bóvedas y pisos desconociendo los efectos adversos para el inmueble. El cemento sobre muros antiguos (de piedra, adobe o mixtos) imposibilitan la respiración del material de fábrica y la estabilización de este con el ambiente, sumando la capa de pintura vinílica más los pisos que no son de piedras naturales o que han sido asentados con cemento generan humedad contenida en el núcleo de los muros, humedad que poco a poco deslava el material de unión de las piezas, de manera que la estructura va quedando como un cascarón con solo las capas superficiales conteniéndolo todo. Esta situación provoca en el mejor de los casos desprendimientos de pintura y aplanados; y, en el peor: que al presentarse un sismo la estructura se desbarate como un polvorón.

Hemos visto cómo acciones inofensivas y con la mejor intención afectan más allá de lo visible, pero al observar más detenidamente un gran porcentaje de los inmuebles históricos sufren de osteoporosis, por así decirlo, ya qué hay una pérdida importante del hidróxido de calcio o cal apagada en la unión de las piezas que conforman la estructura, el esqueleto. Huecos y espacios vacíos entre rocas que solo necesitan de un empujón para deshacerse.

Otra acción desafortunada para los inmuebles históricos es la moda surgida en los 60’S de quitar aplanados a los muros para que se vea la piedra o el adobe expuestos. Está búsqueda de una apreciación romántica del México antiguo le resta trabajo a los muros de carga y los deja a merced de la intemperie. La lluvia, el viento, los cambios climáticos, la contaminación y la mano del hombre ayudan a acelerar los deterioros de estos muros “sin piel” de forma que durante un sismo rotundamente serán más afectados.

Es importante saber que ningún inmueble histórico fue construido bajo consideraciones sísmicas de la índole del suscitado el 19s del 2017, no obstante, tenían una lógica constructiva apegada a la región donde se localizan y eso en medida de esa lógica, debía trabajar contra el temblor de la mejor manera.

3- El movimiento telúrico.

El sismo como acción que provocó que las estructuras antiguas reaccionaran en la lógica de su constitución, con todo y los “males” que ya tenían es la última cuestión que afecto a los edificios históricos enfermos. Las estructuras hicieron lo suyo, pero aún inmuebles en el “mejor” estado de conservación sufrieron las irremediables consecuencias de un fenómeno natural de tal magnitud pereciendo con algunas, aunque mínimas, fisuras.

Templos con osteoporosis y otros malesFinalmente, si de algo podemos agradecer al sismo del 19s del 2017, es que nos pudo mostrar las enfermedades que tenían los inmuebles históricos sin tener que escudriñar sus entrañas en un afán de investigadores que violan la integridad de los monumentos en pro de la ciencia; el sismo los ha descubierto para nosotros, para entenderlos, para saber su sentir, su dolor.

Los materiales naturales con los que fueron elaborados los edificios históricos son tan nobles que requieren del mínimo mantenimiento, pero en acciones acertadas, por ejemplo: conservar los aplanados y pinturas de cal apagada, pisos de piedra natural o madera, evitar construcciones nuevas pegadas a los inmuebles, omitir a toda costa agregar elementos de concreto armado y cemento, tratar con cierta regularidad de quitar plantas, corregir humedades o desprendimientos y acudir a un especialista.