Millones de manifestantes de toda la India han protestado por la enmienda a la Ley de Ciudadanía (CAA), que representa un peligro para los cristianos en el país al usar la religión como criterio para la ciudadanía.
La Fundación Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) en una nota de prensa señaló que esta enmienda es considerada por los críticos como un “precedente peligroso” para el país.
El Centro Jesuita Prashant para los Derechos Humanos, Justicia y Paz, forma parte de la campaña nacional “Nosotros, el pueblo de la India”, que exige la retirada inmediata e incondicional de la CAA, el Registro Nacional de Ciudadanía y el Registro Nacional de Población.
El fundador del centro, P. Cedric Prakash, señaló a ACN que “al asegurar la ciudadanía a todas las personas indocumentadas con excepción de los musulmanes, la CAA conlleva el riesgo de desgarrar al país, reabrir heridas de partición (entre India y Pakistán) y, en última instancia, destruir los seculares principios democráticos de la Constitución”.
El sacerdote resaltó que la CAA es “abiertamente discriminatoria, divisoria y draconiana”, siendo una ley claramente inconstitucional que “va en contra de la esencia y el espíritu del secular marco democrático de la India”.
“El pueblo clama una sociedad más justa, humana e igualitaria en la que se respeten su dignidad y sus derechos”, resaltó.
El P. Prakash comentó que “las leyes de ciudadanía son particularmente problemáticas para los cristianos, ya que la mayoría de los ciudadanos indios carecen de un certificado oficial de nacimiento expedido por el Estado”.
Esto dificulta a los cristianos ser identificados como ciudadanos en el país, pues muchos pertenecen a castas inferiores y etnias indígenas, las cuales provienen de zonas remotas de la India. “Para ellos, obtener el certificado de nacimiento obligatorio resulta imposible”, indicó el sacerdote.
ACN detalló que en la India hay aproximadamente entre 30 y 35 millones de cristianos, de los cuales un 70% son católicos. Se estima que los cristianos constituyen el 2,3% de la población de la India.
“Si dicen que profesan el hinduismo, su falta de documentación puede pasarse por alto; sin embargo, si insisten en declararse cristianos y no pueden presentar la documentación requerida, corren el riesgo de convertirse en apátridas; podrían ser enviados a campos de detención e incluso deportados a Dios sabe dónde”, lamentó.
El P. Prakash señaló que son tiempos extremadamente malos para los cristianos en la India, que enfrentan constantes ataques por las propiedades de la Iglesia, especialmente por parte de los grupos nacionalistas que siguen la ideología Hindutva.
Este grupo, que no representa al hinduismo mayoritario, tienen actualmente el control del Gobierno central y de algunos estados en el país.
“Los que profesan la Hindutva creen en la supremacía fascista de una nación, una religión y una lengua, por lo que el resto de la población queda subordinada y las minorías -en particular los cristianos y los musulmanes- son tratados como ciudadanos de segunda clase”, señaló.