Entre los años 2014 y 2019 el autodenominado Estado Islámico llegó a controlar 110.000 kilómetros cuadrados de territorio entre Siria e Irak. Una vasta superficie en la que impuso el califato y donde ejerció una represión brutal sobre sus habitantes.

Eran los días en los que el grupo yihadista mostraba todo su poder, no solo realizando atentados en suelo europeo, sino siendo capaz también de conquistar ciudades importantes como Mosul o Raqqa en países caracterizados por la debilidad de sus instituciones y los conflictos internos. Hoy en día el papel del ISIS en el tablero internacional se ha visto muy mermado, pero las consecuencias de sus actos todavía perduran.

Una de las principales características del Gobierno del Estado Islámico en los territorios conquistados fue la aplicación de una estricta interpretación de la sharia o ley islámica, forzando a todas las mujeres a llevar velo, obligando a los no musulmanes a convertirse o a pagar un impuesto e imponiendo castigos físicos entre los que se incluían la tortura o las ejecuciones.

Estas persecuciones religiosas provocaron que muchas personas se vieran obligadas a huir. Hasta el año 2003 había cerca de 45.000 cristianos viviendo en la ciudad de Mosul. Pero la guerra de Irak primero y la invasión del Estado Islámico después provocaron un éxodo que ahora las iniciativas populares tratan de enmendar.

La juventud del país está intentando que las ciudades vuelvan a ser habitables para las minorías religiosas que se marcharon para evitar la persecución de los extremistas. En Mosul, un grupo de voluntarios se ha reunido para restaurar la histórica iglesia de Santo Tomás, después de que fuera destruida y saqueada por el Daesh durante los tres años de ocupación de la ciudad.

El objetivo de estos voluntarios, que se han unido en un grupo llamado Brazos de Mosul, es lograr que aquellos que se marcharon de la ciudad quieran volver y se sientan bienvenidos, especialmente en lo que se refiere a las minorías étnicas.

La iglesia de Santo Tomás en Mosul sufrió el saqueo del Estado Islámico (REUTERS/Abdullah Rashid)

La iglesia de Santo Tomás en Mosul sufrió el saqueo del Estado Islámico (REUTERS/Abdullah Rashid)

“Este es un mensaje para decir ‘vuelve, Mosul no está completo sin ti”, asegura su cofundador Mohammed Essam en unas declaraciones recogidas por el medio The961.

Sus esfuerzos van dirigidos fundamentalmente a los cristianos, que han estado establecidos en la ciudad desde hace más de un siglo. Tras la inestabilidad de las dos últimas décadas, la idea es recuperar los lazos y construir un nuevo país en el que prime la colaboración y la concordia.

“A pesar de que se fueron estamos comprometidos a cuidar de ellos y de sus lugares de culto”, asegura Essam, antes de continuar: “queremos decirles a los cristianos que pertenecen a este lugar. Que tienen una historia rica aquí”, concluye.

Ya hay familias que han vuelto

Por el momento ya son cerca de 50 familias cristianas las que han querido regresar a Mosul, mientras que otras visitan la ciudad a diario para trabajar o estudiar, según afirma el padre Raed Adel, director de las iglesias católicas siríacas de la ciudad. Un registro todavía pequeño para lo que llegó a ser la comunidad hace algunos años.

Mensajes del Estado Islámico en la iglesia de Santo Tomás (REUTERS/Abdullah Rashid).

Mensajes del Estado Islámico en la iglesia de Santo Tomás (REUTERS/Abdullah Rashid).