«Por primera vez será conferido el ministerio del Lectorado y del Acolitado también a las mujeres y hombres laicos», ha señalado el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización en un comunicado recogido por Europa Press.
El Papa presidirá la celebración de la Santa Eucaristía en la Basílica de San Pedro a las 9:30 horas. En cumplimiento de la normativa sanitaria vigente, para evitar contagios, el número de participantes en la Santa Misa se limitará a 2.000 personas.
Con el fin de reavivar la responsabilidad que tienen los creyentes en el conocimiento de la Sagrada Escritura, el Pontífice presentará a los participantes un volumen que contiene un comentario de los Padres de la Iglesia a los capítulos 4 y 5 del Evangelio de Lucas, publicado por Ediciones San Paolo.
El Papa Francisco modificó hace un año el artículo 230, párrafo 1 del Código de Derecho Canónico, para permitir que las mujeres puedan ejercer el ministerio estable de lector y acólito, un papel reservado hasta ahora a los varones, dándoles así funciones en el altar.
Francisco explicó en la carta apostólica ‘Spiritus Domini’ en forma de Motu Proprio, publicado el 11 de enero de 2021 por la Oficina de prensa de la Santa Sede, que su decisión es fruto de un «desarrollo doctrinal» que se ha dado en los últimos años, que distingue ciertos ministerios para los que es necesario haber sido ordenado sacerdote, de otros cuya condición única es estar bautizado.
«Los ministerios laicos, basados en el sacramento del Bautismo, pueden confiarse a todos los fieles que sean idóneos, masculinos o femeninos», ha aclarado el Santo Padre.
De este modo el nuevo enunciado de la norma eclesial es el siguiente: «Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la Iglesia».
Con esta nueva instrucción de Bergoglio, las mujeres pueden ejercer de acólito, que es aquella persona que, sin tener órdenes clericales, puede actuar en situaciones extraordinarias como ministro, administrando la eucaristía y cumpliendo funciones en el altar. En el pasado este rol eclesial ya estaba abierto a los laicos varones.