Una de las variables importantes para entender algunos aspectos de la crisis ucraniana es la cuestión étnica, nacional y lingüística en la crisis ucraniana es la heterogeneidad étnica-nacional y religiosa de Ucrania, al igual que muchos países de la Región.
Según Frontier Ventures, un proyecto lingüístico con fines misionero de Estados Unidos, hay 76 grupos etnolingüísticos en Ucrania que tiene más de 44 millones de habitantes. El 74.3% son hablantes de ucraniano y 17% hablantes de ruso. Tienen más de 80,000 hablantes los armenios, bielorrusos, búlgaros, griegos, húngaros, moldavos, polacos, romaní o gitanos, rumanos, rutenios y tártaros. Si bien es de mayoría cristiana ortodoxa, hay alrededor de 455,000 musulmanes, más de 1% de la población; existen grupos pequeños de hindis, budistas y religiones tradicionales. Se calcula que 12% son agnósticos o ateos.
La mayoría cristiana es de ritos ortodoxos y está dividida en tres grandes grupos. Los ortodoxos rusos que son leales al Patriarcado de Moscú, el cuál está en la esfera de poder del gobierno de Rusia.
La Iglesia Católica, Apostólica y Romana tiene en Ucrania la mayor de las 24 iglesias sui iuris orientales, la Iglesia Greco-católica ucraniana, que reconoció a Roma en 1596, practica el rito bizantino y está bajo la supervisión de la Congregación de Iglesias Orientales, a cargo del Cardenal Sandri.
La Iglesia greco-católica se niega a reconocer la creación de las repúblicas separatistas del Donbass y ha tenido fuertes conflictos con los rusos étnicos. Históricamente, los grecos católicos han sido un bastión de la identidad nacional ucraniana y se convirtieron en una fuerte oposición a las políticas de rusificación en la época del Imperio Ruso y este conflicto continuó durante el período soviético.
Antes de la Segunda Guerra Mundial vivía en Ucrania una importante colectividad judía de más de un millón de personas, la mayoría askenazi hablantes del idish. Un dato importante es que el presidente Zelensky es judío de la tradición askenazi y su lengua materna es el ruso. Es el único presidente judío fuera del Estado de Israel.
La gran pregunta es quién financia esta guerra que lleva más de 8 años.
Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH.