El director editorial del Dicasterio para la Comunicación del Vaticano, Andrea Tornielli, puntualiza a quiénes está dirigido el último grito del papa Francisco: «En nombre de Dios, les pido: ¡paren esta masacre!» y sostiene que las palabras del pontífice están dirigidas a todos los que pretendan una «justificación religiosa» de la guerra.

«Esta vez, sin embargo, los destinatarios del llamamiento papal no son fundamentalistas yihadistas, sino cualquiera que piense que puede haber una «cobertura» religiosa -una explicación religiosa que ofrecer a los creyentes- para la guerra de Ucrania que ve caer bajo las bombas a cristianos que comparten el mismo bautismo», escribe en Vatican News

Texto del editorial
«En nombre de Dios, les pido: ¡paren esta masacre!», gritó Francisco en el Ángelus de este domingo 13 de marzo, en el noveno aniversario de su elección como obispo de Roma. El Papa recordó a las víctimas de Mariupol, la «barbarie de la matanza de niños, inocentes y civiles indefensos», y pidió que se ponga fin a lo que calificó inequívocamente de «agresión armada inaceptable» antes de que «reduzca las ciudades a cementerios». También agradeció la acogida de tantos refugiados y pidió a todos que multiplicaran los momentos de oración por la paz.

En la parte final de su mensaje, Francisco utilizó palabras claras y firmes sobre el uso distorsionado de la religión para justificar las masacres en curso: «Dios es sólo el Dios de la paz, no es el Dios de la guerra y los que apoyan la violencia profanan su nombre». Son las mismas expresiones utilizadas muchas veces en los últimos años por el pontífice y sus predecesores, San Juan Pablo II y Benedicto XVI, para advertir contra el uso instrumental del nombre de Dios para justificar el odio, la violencia y el terrorismo.

Esta vez, sin embargo, los destinatarios del llamamiento papal no son fundamentalistas yihadistas, sino cualquiera que piense que puede haber una «cobertura» religiosa -una explicación religiosa que ofrecer a los creyentes- para la guerra de Ucrania que ve caer bajo las bombas a cristianos que comparten el mismo bautismo.+