Este 27 de marzo fue el Cuarto Domingo de Cuaresma, conocido también como Domingo de Laetare o Domingo de la Alegría, y está marcado por algunos rasgos característicos como el hecho de que el sacerdote viste una casulla de color rosa o rosado.

El Domingo de Laetare o de la Alegría recibe este nombre por las primeras palabras del Introito de la Misa: “Laetare Jerusalem”, que quiere decir “Alégrate, oh, Jerusalén”.

La Enciclopedia Católica (EC) explica que el Introito o Introitus de la Misa es el fragmento de un salmo con su antífona que se canta mientras el celebrante y los ministros entran a la iglesia y se acercan al altar.

En estricto, el jueves anterior al Domingo de Laetare es el que marca la mitad de la Cuaresma, que se transfieren a este día con una serie de signos que buscan alentar a los fieles en el tiempo penitencial de Cuaresma.

Estos signos –como los del Domingo de Gaudete en Adviento– son el uso de flores en el altar, la posibilidad de usar el órgano en la Misa y que el celebrante use una casulla rosa en vez de la morada que se usa en Cuaresma.

Esto, explica la EC, resalta “el contraste entre los demás domingos y el Domingo de Laetare, el cual es emblemático de las alegrías de esta vida, alegría comedida mezclada con un cierto rezago de tristeza”.

La Enciclopedia Católica recuerda asimismo que este día también se conoce como “Domingo de Rosa” porque en este día se acostumbraba bendecir en Roma la rosa dorada o de oro que el Papa enviaba a los reyes católicos.

En el Perú, otra fecha en la que los sacerdotes pueden usar el rosa es el 30 de agosto, en la fiesta de Santa Rosa de Lima, la primera santa de América cuya fiesta celebra la Iglesia universal el 23 de agosto.