- De los más de 200 cardenales existentes, tan solo una veintena recibe esos ingresos al desempeñar una labor directiva en alguno de los dicasterios u otros organismos de la Santa Sede
- El resto de los purpurados no reciben ningún emolumento extra por esa condición cardenalicia y su sueldo es el que tengan asignado en la diócesis de origen, ya sea como titular o emérito
- Desde el inicio de su pontificado, Francisco ha ido en cada uno de sus ocho consistorios pidiendo a sus cardenales que no se consideren ‘príncipes’ de la Iglesia y que no se preocupen de los bienes terrenales ni de hacer carrera
A las preguntas sin respuesta que, en forma de chanza, recorren los círculos eclesiásticos sobre si es posible saber lo que está pensando un jesuita o averiguar realmente el número de congregaciones femeninas en la Iglesia católica, habría que añadir la interrogante sobre si es posible determinar cuál es el sueldo de un cardenal.
De un cardenal de Curia, añadamos, de los que presiden un dicasterio o se desempeñan en cargos de responsabilidad dentro de la Administración vaticana, porque los purpurados que están en sus diócesis tienen que organizarse con lo que reciben como obispos, que en España vienen a ser unos 1.250 euros netos mensuales.
Lo que sí sabemos es que, desde abril de 2021, los cardenales de Curia han visto rebajado su sueldo en un 10% debido al descenso de ingresos causado por la pandemia, que dio al traste con el presupuesto vaticano y motivó un motu proprio de Francisco anunciando el tijeretazo también para el resto de empleados vaticanos, con porcentajes que iban entre el 8% y el 3% de recortes para no tener que despedir a nadie.
Descuadre en las cuentas vaticanas
La situación era angustiosa, con los Museos Vaticanos cerrados, lo mismo que la basílica de San Pedro, foco de atracción de miles de turistas diarios, unido a la reducción de donativos y limosnas, el descuadre de las cuentas era evidente en un presupuesto que se lleva el 50% en pagar los sueldos de los 6.000 funcionarios vaticanos.
Consistorio de cardenales
No se supo de quejas cardenalicias por las bajadas en las nóminas. No se hubieran comprendido tampoco, sobre todo si se tiene en cuenta que las cifras oficiosas sobre los sueldos de los cardenales oscilan entre los 4.000 y los 5.500 euros mensuales, dependiendo de la antigüedad, complemento, por cierto, que se ha visto suspendido por la misma razón deficitaria hasta abril de 2023.
Comida y vivienda gratis en la Santa Sede
Y no se hubiera entendido tampoco porque esos 4.000/5.000 euros netos mensuales de sueldo se quedan prácticamente “limpios” para la disposición del purpurado de turno, toda vez que la práctica mayoría de los gastos de los cardenales de Curia en la Sante Sede están cubiertos, como es el caso de la comida y la vivienda, esta consistente en muchos casos en enormes apartamentos en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro y en la Avenida de la Conciliazione.
De esta manera, de los casi 200 cardenales que estos días acompañan a Francisco en el consistorio extraordinario que se está celebrando en el Vaticano, unos 20 purpurados, los de Curia, tienen unos sueldos que rondarían los 50.000 euros anuales.
Es decir, con la anualidad de uno de esos hermanos cardenales, el nuevo cardenal de Mongolia, Giorgio Marengo, tendría prácticamente asegurado el presupuesto para pastorear su pequeño rebaño de 1.200 fieles durante un año.
En la reforma de la Curia que entró en vigor el pasado 5 de junio a través de la constitución apostólica Praedicate evangelium no se dispone ninguna norma sobre el sueldo de los cardenales. Pero los purpurados sí saben cuál es el modelo que Francisco busca para el Colegio cardenalicio. Se lo viene diciendo en cada consistorio. Ahora les ha hablado de misericordia, mansedumbre y sencillez. Pero en el 2017 les ‘desposeyó’ de un título que se había convertido en sinónimo: “Jesús -les dijo-no os ha llamado para que os convirtáis en ‘príncipes’ en la Iglesia. Os llama a servir como él y con él”.
«¿Por qué os preocupáis por el dinero?»
Y en el del año 2020, les indicó: “Si nos esperan en el cielo, ¿por qué debemos estar atrapados en preocupaciones terrenales? ¿Por qué deberíamos estar ansiosos sobre el dinero, la fama, el éxito, todo lo cual desaparece?”. “¿Por qué buscar padrinos para promover la carrera de uno?”, remachó, improvisando.
De esta manera, Francisco lleva ‘destronando’ a los cardenales de la pompa y el oropel que les ha acompañado históricamente. Su modelo, como ha dicho en este último consistorio, es el de Foucauld, Casaroli y Van Thuan.