Los pastores deben aprender a ayudar las almas atribuladas y a quitar el estigma asociado con la enfermedad mental, dijeron Rick Warren y Tony Rose en un diálogo interactivo de video con Russell D. Moore, presidente de la Comisión de Libertad Religiosa y Ética.

“La frase ‘salud mental’ o ‘enfermedad mental’ no equivale a demencia,” dijo Warren, pastor de la Iglesia Saddleback en Lake Forest, California, en un video emitido en el sitio web de la entidad de la CBS erlc.com. “Mucha gente piensa que la enfermedad mental significa que la gente está desconectada de la realidad. Noventa y nueve por ciento de nosotros — e incluyo a todos nosotros — luchamos con asuntos de salud mental, y no estamos desconectados de la realidad. La depresión es un asunto de salud mental. La preocupación es un asunto de salud mental. Las compulsiones son un asunto de salud mental…El miedo es un asunto de salud mental.”

Warren habló de un trastorno cerebral que él tiene que le causa que se maree y experimente ceguera parcial cuando tiene una descarga de adrenalina. El padecimiento causó que una vez se desvaneciera cuando se levantó para predicar, lo que lo llevó a una lucha de años con el miedo y la depresión que incluyó visitas a consejeros cristianos, dijo.

“Cuando comienzo a compartir asuntos como este, entonces eso causa que mi iglesia pueda abrirse acerca” de sus propios asuntos de salud mental, dijo Warren.

Rose, presidente del Grupo Asesor de Salud Mental establecido por el presidente del Comité Ejecutivo de la CBS Frank S. Page, dijo que los pastores deben aprender a evaluar las causas de lo que atribula el alma de las personas para poder proveer ayuda espiritual cuando sea necesaria y referir a las personas para que reciban ayuda médica cuando sea apropiada. Él se refirió a un buen modelo de procedimiento pastoral seguido por los puritanos, cristianos que buscaron reformar la doctrina y el culto de la iglesia de Inglaterra en los 1500s y 1600s.

Primero, los pastores puritanos evaluaban si la persona confiaba en Cristo como Señor y Salvador, dijo Rose, pastor de la Iglesia Bautista LaGrange (Kentucky). Luego evaluaban si el individuo atribulado sufría de “melancolía” — un término amplio que los puritanos usaban para describir condiciones comparables con lo que hoy en día los profesionales de la salud describen como depresión.

El puritano Richard Baxter representa un ejemplo “clásico” de sabiduría pastoral en relación a la enfermedad mental, dijo Rose. Baxter una vez dijo de acuerdo a Rose: “Predicarle un sermón a un hombre con una cabeza quebrantada es igual que decirle a un hombre con una pierna quebrada que se ponga de pie y corra en una carrera.”

Los pastores también deben evaluar si la persona atribulada está experimentando las consecuencias de pecado, un ataque de Satanás o un sentido de deserción del Espíritu Santo, dijo Rose en el video, emitido a mediados de julio.

Los pastores no son los únicos que debieran estar preocupados por las enfermedades mentales, dijo Warren. Todas las relaciones, mentes y cuerpos están afectados por la caída del hombre, y los creyentes deben tratar de aliviar ese quebrantamiento siempre que puedan, dijo.

Warren, cuyo hijo Matthew se suicidó el año pasado luego de una batalla con una enfermedad mental desde la niñez, indicó que uno de cada cinco niños lucha con una enfermedad mental. La edad promedio para el inicio de la depresión solía ser los 30s, dijo Rose, pero ahora es 14.

Dada la penetrabilidad de la enfermedad mental, lidiar con ella compasivamente es un reto que las iglesias deben incluir, dijeron los pastores.

“Si la iglesia pudiera ser una iglesia de misericordia, no habría problema de evangelismo,” dijo Warren, “porque la gente busca misericordia.”

Rose, en preguntas y respuestas de la publicación de noticias Western Recorder de Kentucky, amplió más sobre la necesidad de aplicar el evangelio al campo de la salud mental. Él señaló que algunos cristianos no entienden las variadas causas y remedios para los disturbios mentales.

“De mis 26 años de ministerio pastoral, he aprendido que los cristianos no son inmunes a las enfermedades mentales. He visto casi el espectro completo de asuntos mentales y emocionales entre el precioso pueblo de Dios a quien he tenido el privilegio de servir. Depresión, desórdenes alimenticios, tendencias suicidas, cortes — y la lista puede seguir,” dijo Rose.

“Algunas veces los cristianos llegan a estar mental y emocionalmente disturbados debido a pecado. Esta clase de caso es el más fácil de tratar. Ayude a la persona a confrontar el pecado y a arrepentirse. El seguimiento puede realizarse a partir de ahí. Aunque si hacemos todas las dolencias mentales y emocionales el producto de pecado, el arrepentimiento es nuestro único remedio. Decirle a alguien que está mentalmente disturbado debido causas biológicas, genéticas o psicológicas que se arrepienta no lo/la ayudará ni lo/la sanará; solamente le causará daño,” dijo.

Rose instó a los creyentes a abordar el tema de la salud mental con humildad, reconociendo su complejidad.

“Hay momentos cuando nosotros en la iglesia nos podemos poner dogmáticos acerca de lo que la Biblia enseña concerniente a la salud mental,” dijo Rose. “Para mí mismo y para otros, el mayor ingrediente que necesitamos al tratar estos difíciles asuntos es humildad. Hay muchas cosas que simplemente no sabemos, y hay momentos que es completamente apropiado y útil trabajar con profesionales que nos ayuden en situaciones que son inmensamente complejas.”