Aunque la libertad religiosa está reconocida como un derecho fundamental, sigue siendo uno de los aspectos menos protegidos en muchos lugares del mundo. Esta realidad es la que ha querido poner de manifiesto un grupo de cristianos involucrados en política, acción social, organizaciones o empresas que se reunieron en Ginebra (Suiza) del 8 al 12 de mayo.

La Conferencia Global UNR de Parlamento y Fe convocó a personas de 37 países que durante esos cuatro días estuvieron no solo recibiendo formación, sino también trabajando en mesas específicas para abordar distintos temas de actualidad que impactan en el mundo de lo público. En estas mesas se presentaron argumentos, desarrollaron estrategias y se tejieron alianzas internacionales que ayudarán a abordar las diversas situaciones que se presentan actualmente en el campo de la política.

“El lema de esta conferencia, ‘Uniendo naciones y reconciliando el mundo’, lo queremos unir al compromiso que todo cristiano debe tener para involucrarse en la cosa pública”, expuso Claudio Cingolani, subsecretario parlamentario de la Ciudad de Buenos Aires (Argentina) y miembro de Parlamento y Fe.

Ver en Instagram

Un examen a la Agenda 2030

Durante el encuentro se examinó algunos de los puntos de la Agenda 2030, con sus 17 objetivos de desarrollo sostenible que la ONU está promocionando a nivel mundial. Entre los objetivos se puede encontrar el desarrollo de una educación de calidad, combatir la pobreza o el cuidado del ambiente.

 

La libertad religiosa, la gran olvidada en la Agenda 2030

Participantes de la Conferencia.

“Empezamos a trabajar sobre libertad religiosa, porque nos dimos cuenta que no está dentro de la Agenda global 2030”, explicó Claudio Cingolani. “Estuvimos en Naciones Unidas, en la sede de Ginebra, para presentar un documento donde quedan plasmados todos los principios y los valores de la cosmovisión cristiana para cada uno de los objetivos de desarrollo sostenible, así como nuestro pedido para que la libertad religiosa esté presente en esa agenda dado que la persecución por causas de fe es moneda corriente en este mundo”.

El documento, que se puede consultar tanto en inglés como en castellano, expone en 12 puntos las concordancias con algunos aspectos de los objetivos de desarrollo sostenible, como también algunas de las carencias que se detectan en los mismos.

Los firmantes concuerdan en la necesidad de “combatir la pobreza”, la “preservación del medio ambiente” o el buen uso de “los avances en tecnología”.

En cuanto a la libertad religiosa, el documento expone que si bien esta se fundamenta en la declaración Universal de Derechos Humanos (art. 18), necesitaría ser explicitada entre los objetivos de la Agenda 2030 para no caer en el olvido. “La libertad de cultos es un pilar que creemos que está ausente (…) Pedimos que sea incluido por ser una realidad la discriminación y persecución por causas de fe. Sin libertad religiosa, sin libertad de expresión y de conciencia la democracia se debilita”, expresa el docuento.

 

La libertad religiosa, la gran olvidada en la Agenda 2030

Estuvieron presentes políticos de cinco continentes.

Un movimiento internacional

Estuvieron como expositores, entre otros, el senador estadounidense John B. Crane, Pamela Russel, capellana en Estados Unidos; el político Gerardo Amarilla de Uruguay; Connie Duarte de Portugal, secretaria general de la Alianza Evangélica Europea, o Manny Ohonme, fundador de Samaritan’s Feet.

“Tuvimos talleres, tuvimos disertaciones, participaron ministros, alcaldes, parlamentarios y dirigentes cristianos de todo el mundo. Eso es Parlamento y Fe y esas son las conferencias UNR Global Conference, es decir, uniendo naciones y reconciliando el mundo”, añadió Claudio Cingolani.

 

La libertad religiosa, la gran olvidada en la Agenda 2030

El programa incluyó paneles de actualidad, mesas de trabajo y coloquios.

La próxima edición de las conferencias globales serán en Uruguay. Además, desde la organización se está pensando en lanzar una conferencia para menores de 40 años.

Parlamento y Fe fue fundada por el argentino Luciano Bongarra, en el 2008, y actualmente trabaja en más de 30 países. La entidad, explica en su página web, “ha acompañado a hombres y mujeres de gobierno en su caminar, fomentando en ellos principios y valores cristianos de acuerdo a las necesidades de este siglo, pues su deseo es ver en todo el mundo a líderes que transformen sus naciones”.