Sabia usted que a los ojos de Dios nuestro corazón es de piedra, engañoso y perverso más que todas las cosas esto de acuerdo a
Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Ciertamente nuestro corazón es engañoso, por esto mismo el versículo agrega, quien lo conocerá? Nosotros mismos nos sorprendemos con las reacciones y sentimientos que nacen de nuestro corazón cuando nos sentimos heridos, ofendidos, traicionados, juzgados o incomprendidos, pero el reconocer la condición de nuestro corazón nos coloca en una posición adecuada para recibir un corazón nuevo, la misma palabra de Dios cita Ezequiel 36:26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.
Una vez que el corazón de piedra es cambiado y se nos da un corazón de carne, se vuelve un corazón alineado al corazón de Dios ya que Dios promete que pondrá su ley en nuestro corazón y en nuestra mente la escribirá ( Hebreos 10:16)
Una vez que nuestro corazón se torna a Dios el velo será quitado y podremos ver, entender y conocer los asuntos espirituales, si nuestro corazón está cerrado dándole la espalda a Dios estaremos ciegos, necesitamos que los ojos de nuestro corazón sean alumbrados para mirar a Cristo su hijo, recibirlo, amarlo y ser uno con El.