Los padres de la patria, que alentaron la radicación de judíos en la misma constitución de Israel, podrían sorprenderse al ver que, siete décadas después, el estado depende en parte de los cristianos para hacer realidad esa promesa.
Lo que fue alguna vez una misión costeada exclusivamente por judíos está siendo financiada cada vez más por cristianos evangélicos. Los aliados cristianos de Israel financian una tercera parte de los inmigrantes que se radican en el país, según un cálculo de la Associated Press.
Las cifras reflejan una relación estrecha entre Israel y los cristianos evangélicos, de los que los israelíes reciben apoyo político e incluso económico, a través del turismo.
“Después de 2000 años de opresión y persecución, hoy hay cristianos que ayudan a los judíos”, expresó el rabino Yechiel Eckstein, presidente de la Hermandad Internacional de Cristianos y Judíos, una organización que recauda dinero para las causas de los judíos y de los cristianos evangélicos. “Es algo sorprendente”.
Israel siempre ha dependido de su diáspora de comunidades judías, sobre todo las de Estados Unidos, que donan dinero y defienden sus intereses en otros países. Pero las comunidades evangélicas están ganando importancia.
Organizaciones caritativas israelíes recaudan millones de dólares entre cristianos de todo el mundo y los cristianos evangélicos representan 13 por ciento del turismo en Israel. Un bloque parlamentario trabaja con legisladores evangélicos de todo el globo para alentar el apoyo a Israel.
Los israelíes también deben agradecer a los evangélicos por haber ayudado a llevar a Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, ya que el magnate es un firme partidario del gobierno nacionalista israelí.
“Israel no tiene mejor amigo en el mundo que las comunidades cristianas”, afirmó el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante una conferencia de cristianos en Jerusalén el año pasado.
Filántropos judíos estadounidenses y europeos han impulsado la inmigración a Israel, conocida como “aliyá” (ascenso), incluso antes de la creación del estado judío en 1948.
El apoyo de los cristianos la aliyá empezó después del desplome de la Unión Soviética y se intensificó en años recientes, en que los judíos de Estados Unidos se enfocaron en esa causa.
“No vemos razón alguna para no recibir ayuda, incluidas donaciones, de nuestros amigos en todo el mundo, sean ellos judíos, cristianos o de otras denominaciones”, expresó Yigal Palmor, portavoz de la Agencia Judía, una agrupación sin fines de lucro que promueve la inmigración judía a Israel.
El Ministerio de la Aliyá, no obstante, dice que no tiene relación alguna con las organizaciones cristianas.
De los más de 28 mil judíos que inmigraron a Israel en 2017, al menos 8 mil 500 vinieron gracias a donaciones de los cristianos, de acuerdo con cifras oficiales.
No todo el mundo está satisfecho con este estado de cosas. Algunos judíos sospechan que la solidaridad cristiana puede responder a la creencia de que el estado moderno judío es un precursor del apocalipsis, en que Jesús regresará y los judíos tendrán que aceptar el cristianismo o morir.
A los judíos liberales les molestan los lazos de los evangélicos con la derecha política y su apoyo a los asentamientos de Israel en Cisjordania, que agravan las tensiones con los palestinos.
Jeremy Ben-Ami, presidente de J Street, una organización pro-Israel liberal de Washington, dice que la comunidad judía debe “cuidarse de recibir ayuda de quienes juegan con nuestras vidas para promover sus intereses religiosos e ideológicos”.
Los evangélicos afirman que su afinidad por Israel deriva de la raíz judía del cristianismo. Algunos consideran que con Israel se hizo realidad una profecía bíblica y se lanzó anticipadamente una edad mesiánica. Los judíos también creen en una futura edad mesiánica, pero no consideran a Jesús el Mesías.
La Hermandad Internacional de Cristianos y Judíos dice que aportó 188 millones de dólares a la Agencia Judía en dos décadas.
Unos 200 judíos de Ucrania llegaron hace poco al aeropuerto internacional Ben Gurión luciendo camisetas de la Hermandad.
Uno de ellos, Serghey Lanovyy, dijo que para él no cambiaba nada el que la ayuda para la aliyá viniese de los cristianos.
“La religión es la religión”, sostuvo. “Puedes creer lo que quieras, pero si la gente necesita ayuda, necesita ayuda”.