El coliseo Taipéi Heping, en Taiwán, fue escenario de un derramamiento del Espíritu Santo. La reunión fue organizada por una iglesia evangélica y acogió a cristianos de distintas partes del mundo, instando a la congregación a la búsqueda de la presencia de Dios.
“¡Oh, Señor, ven a nosotros, llénanos con tu presencia!”, se oía un eco unánime, un clamor de oración y adoración en cada rincón del estadio. Christian Daily mencionó que fueron cuatro los gloriosos días de reunión, en los que la presencia de Dios reposó en los corazones de los presentes.
“Las experiencias con Dios son las que marcan al cristiano, y así como Ezequiel tuvo la visión de los huesos secos, yo también la tuve, es por ello que, necesitábamos un despertamiento espiritual en nuestras congregaciones”, mencionó Zhang Zhen Hu, pastor en Taipei, después de dirigir el último día de reunión.
Para que Dios obre en nuestros corazones y nos dé un despertar espiritual, debemos entender que Él nunca abandona a su pueblo ¡Iglesia, es hora de buscar un avivamiento!