La anunciada e histórica reunión prevista entre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-Un, ya ha supuesto la liberación de tres ciudadanos norteamericanos, los tres evangélicos, y que formaban parte de la Pyongyang University of Science and Technology (PUST), la única institución de educación privada en Corea del Norte.
Sin embargo, más allá de ser un gesto de buena voluntad ante la inminente cumbre del 12 de junio en Singapur -ya no quedan presos norteamericanos en el país asiático- los cristianos al norte del paralelo 38 no deben esperar, salvo sorpresa mayúscula, una apertura del régimen en cuanto a materia de libertad religiosa. Según la organización cristiana Puertas Abiertas, Corea del Norte es el país más peligroso del mundo para ser cristiano, y parece que lo seguirá siendo.
De hecho, la reunión prevista, y que ha sido precedida por otra entre Kim Jong-Un y su homólogo de Corea del Sur, tiene por objetivo tratar la cuestión del armamento nuclear en la península y, concretamente, su desmantelamiento.
“La situación de los cristianos sería siempre un tema doméstico” argumenta Zigor Aldama, corresponsal en Asia para el grupo Vocento, quién recuerda que en todo este proceso ha sido Corea del Norte quién ha llevado siempre la iniciativa y “está, aunque no lo parezca, en una situación de fuerza”.
Así, esa demostración de poder que ha realizado el régimen durante los últimos años, revelando que ya sí es un problema real para los ciudadanos norteamericanos, ha llevado a ambos países a buscar una manera de sentarse a negociar. En opinión de este experto en el extremo oriente, las conversaciones se limitarán a garantizar la permanencia del statu quo norcoreano a cambio de aflojar en la carrera nuclear: «déjame tranquilo y yo abandono las armas nucleares», concluye Aldama.
Desde Puertas Abiertas España tampoco esperan grandes avances en materia de libertad religiosa, aunque Pau Amat, su responsable de comunicación, recuerda que el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, conoce de primera mano la situación de persecución a los cristianos, información que le ha hecho llegar directamente Puertas Abiertas.
En este sentido, esperan que la cuestión de la libertad religiosa sea puesta sobre la mesa como una “condición indispensable” para que Estados Unidos levante las sanciones económicas que mantiene contra este país.
En esta misma linea, también expresa su confianza en una mayor apertura del régimen en un futuro.
“Puede que, poco a poco, estén despertando de la paranoia de la dinastía Kim. No sólo Kim Jong-Un, también los ciudadanos.”
En cualquier caso, espera que más pronto que tarde los cristianos del país “puedan al fin conocer lo que es alabar a Dios en voz alta y sin miedo”. “LAS IGLESIAS OFICIALES DE PYONGYANG SON PROPAGANDA” Toda la información que se tiene sobre la iglesia en Corea del Norte no pasa más que por especulaciones más o menos documentadas, dado el hermetismo del régimen en este como en tantos otros aspectos. Oficialmente, en el país no debería haber cristianos, y la cifra real de estos van desde unos pocos a cientos de miles aunque, en cualquier caso, en la clandestinidad.
De hecho, la oficial Federación de Cristianos de Corea del Norte está formada por unas 10.000 personas, que serían los cristianos oficialmente reconocidos por el régimen. Para la pastora Young Ae Kim, de la iglesia coreana Centro Cristiano La Roca, en Valladolid, “los verdaderos cristianos no están allí” y define a las cinco iglesias reconocidas en Pyongyang como “propaganda del gobierno”.
Lo que esta misionera surcoreana sabe es que para los cristianos de su país es muy complicado contactar con la iglesia “subterránea” norcoreana, aunque explica que desde China sí que está trabajando mucho para ayudar a estos cristianos clandestinos. Sin embargo, la pastora Kim reconoce que hay pastores e iglesias en su país que ven con optimismo la reunión y la posibilidad de que tenga consecuencias positivas para sus vecinos del norte.