Varias veces Samir Khalil ha avisado: «Europa es estúpida si no ve eso, si no se da cuenta de que pueden usar la tolerancia para islamizar Europa«, dijo en conversación con entrevistadores españoles.
También distingue entre los musulmanes y «los fanáticos». El problema es que, explica, a los que no son fanáticos, avisa, «les falta valentía para decir que hay que pararles los pies a los fanáticos». «En lugar de decir esto, dicen: ‘esto no tiene nada que ver con el Islam’, con lo que no resuelven nada».
Además, analiza los factores geoestratégicos, especialmente la actual división en dos del Islam: los iraníes chiitas, por un lado, y los saudíes wahabistas, por el otro. Se odian a muerte y utilizan las distintas guerras, facciones y divisiones como peones para maniobrar en su lucha por la hegemonía. Él cree que la Iglesia tiene más fácil hablar con las autoridades chiíes, que tienen un clero más formado y tienen tradición de interpretar y hacer exégesis, mientras que el Islam suní enseguida cae en el fundamentalismo de predicadores y líderes sin ninguna formación.
Gran parte de la sabiduría del padre Samir se puede leer en español en el libro «El Islam en el diglo XXI».
Ahora, el padre Samir Khalil, al cumplir 80 años, ha sido homenajeado el pasado 25 de mayo en el Pontificio Instituto Oriental de Roma durante el simposio “Patrimonio Árabe Cristiano y diálogo Islámico Cristiano”.
El cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, lo describió como «un profesor ya emérito, reconocido a nivel internacional como uno de los máximos expertos y conocedores del Islam y del cristianismo árabe antiguo y contemporáneo».
Llegaron mensajes de felicitación del patriarca caldeo, Louis Raphael Sako -recientemente designado cardenal-, del patriarca maronita, el cardenal Bechara Räi y de Antonios Aziz Mina, obispo copto emérito de Giza.
Benedicto XVI agradece su ayuda y «realismo»
También del Papa emérito Benedicto XVI, que le hizo llegar un mensaje: “Recuerdo mucho de una ocasión, fue en Castel Gandolfo, donde nos explicó los problemas del Islam, con mucho realismo y dándonos la justa orientación. Se ve con claridad que usted no desea otra cosa que servir a la verdad, que solo ella nos puede ayudar”.
El padre Samir, emocionado, respondió que los halagos le alientan «para continuar, quizás, por algunos decenios”. “Les agradezco, hoy me han conmovido varias veces-concluyó al final el estudioso- Por vuestro amor, por vuestra bondad, yo no he dado nada de particular. Como me ha enseñado el padre maestro desde el primer día -era severísimo y se lo agradezco- como me enseñaron, hoy transmito. Hay una sola línea: vivir y practicar el Evangelio y pedir con humildad: ‘Señor, ayúdame a vivir esto y a transmitir esto’. Os agradezco. No lo merezco, el único que lo merece es Quien nos lo ha enseñado”.