Existe una tendencia cada vez más fuerte en USA de combinar la fe religiosa con la búsqueda del bienestar físico, a través de dietas basadas en ayunos bíblicos o rutinas de ejercicios con contenidos cristianos. Los detractores de esta tendencia critican que se corre el riesgo de que la fe cristiana se vuelva un culto de entrenamiento en USA, pero quienes están detrás de estos programas aducen que son una manera de trascender lo físico y aumentar la fe, al tiempo que se gana en salud. El tema es importante porque la obesidad y el sobrepeso son problemas serios en USA.

En USA son tendencia nuevos tipos de dietas y de planes de fitness basados en la Biblia.

«Las personas que quieren ponerse en forma, perder peso y comer más saludablemente suelen ir a entrenadores y nutricionistas a pedir consejo. Pero hoy en día, pueden recurrir también a un programa de bienestar basado en la fe o inspirado en la Biblia», explica Nadra Nittle del portal Vox.

El actor Chris Pratt, por ejemplo, anunció el mes pasado en Instagram, que estaba en el 3º día de un plan llamado «The Daniel Fast» (el ayuno de Daniel), una combinación de ayuno y rezo durante 21 días, inspirado en el profeta bíblico Daniel. Este ayuno no es total, sino parcial: algunos alimentos están permitidos mientras que otros están restringidos. 

«The Daniel Fast»: Un programa basado en las experiencias de ayuno del profeta bíblico. Es una experiencias espiritual con beneficios para la salud, practicado por miles de personas con problemas de peso, según su página web. /Daniel-fast.com

El profeta Daniel subsistió en base a vegetales y agua durante 2 semanas, en lugar de comer los alimentos prohibidos traídos hasta él por la Corte del rey babilónico. Según las escrituras, el ayuno trajo sus frutos: Daniel se volvió más agudo mentalmente y en mejor estado físico tras haberlo practicado.

El pastor Rick Warren, junto a los doctores Daniel Amen y Mark Hyman, desarrollaron un programa similar, también basado en las enseñanzas del profeta Daniel, llamado «The Daniel Plan» (el plan Daniel), de 40 días de duración. Para ponerlo en práctica, podés adquirir una serie de libros sobre la dieta o suscribirte a un desafío de 21 días, por US$ 89, que incluye rutinas de ejercicio, mails motivacionales y tips alimenticios.

El pastor Rick Warren creó «El plan Daniel», para bajar de peso, al notar que gran parte de sus seguidores -y él mismo incluido- estaban en sobrepeso. /Danielplan.com

Warren -el pastor que hizo la invocación en la inauguración presidencial de Barack Obama en 2008- contó en entrevista con ABC que la idea para el plan le vino a la mente un día que le tocó bautizar a 850 personas. «Cuando iba por la persona número 500, tuve un pensamiento. No fue un pensamiento muy espiritual: fue ‘Buenas noches, estamos todos gordos’, y después pensé, ‘Pero yo estoy gordo’.»

No son solo los evangelistas quienes se están acercando a estas tendencias dietarias basadas en la Biblia. Han salido noticias de ejecutivos de Silicon Valley practicando ayunos un par de veces a la semana porque supuestamente esto incrementaría su productividad. El conductor de TV Jimmy Kimmel ayunó para perder 25 libras.

El ayuno como método para bajar de peso, sin embargo, ha sido criticado en más una ocasión comopeligroso.

El principal peligro que puede traer ayunar es la deshidratación.

El ayuno es especialmente desaconsejado en el caso de personas que tengan un peso por debajo de lo normal para su altura, diabetes tipo 1, insuficiencia hepática o renal, o están en periodo de convalecencia, así como tampoco durante el embarazo y lactancia, explica el portal Aleteia.

BodyFast.de, una aplicación que te ayuda a llevar a cabo ayunos intermitentes. Hay quienes alertan sobre los peligros que puede acarrear ayunar. /BodyFast.de

Mucho antes de que el plan de Daniel se pusiese de moda, denominaciones cristianas como los Adventistas del Séptimo Día, seguían planes dietarios similares. Estudios han encontrado que los Adventistas viven más años que los miembros de otras denominaciones.

Vox explica que existen otras dietas basadas en la Biblia, como una llamada «Dieta Aleluya» y la«Dieta Weigh Down», que le permite a los participantes comer todo lo que quieran siempre y cuando tengan hambre genuinamente. Algunas de estas dietas han sido criticadas por sus restricciones calóricas extremas.

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«Dieta Aleluya» /FullHealthSecrets.com

«Si tú quieres dejar las dietas por siempre, aprender a comer de la manera que Dios creó para tu cuerpo y bajar de peso permanentemente, ¡ésta es la clase perfecta para ti! Vas a encontrar un dominio de ti mismo que nunca imaginabas, mientras disfrutas de todas las maravillosas comidas proporcionadas por Dios, incluidas todas aquellas que te has negado. ¡Y lo mejor es que ya no te vas a sentir dominado por la comida, ni vas a tener el deseo de atiborrarte por la noche cuando nadie te ve! Concebido para las personas de 8 a 88 años, El Último Éxodo te va a enseñar a conectar con las señales físicas naturales dadas por Dios. También vas a encontrar una paz increíble en tus hábitos de comer mientras aprendes a seguir la perfecta voluntad de Dios respecto a la comida», señala en su página web Weighdown.com.

La combinación entre dieta y religión no termina allí: también se imponen los programas de fitness basados en la fe.

Varias iglesias han lanzado ministerios de ciclismo y tiro al arco, así como planes de entrenamiento como Faithful Workouts y PraiseMoves. Las iniciativas son populares dentro de los círculos evangélicos, se presentan como una alternativa al yoga, práctica que algunos pastores consideran peligrosa para los cristianos, por sus raíces ajenas al cristianismo.

Existe también un programa llamado Holy Yoga (Yoga sagrado).

Hay inclusive una alternativa cristiana al CrossFit, llamada Revelation Wellness, que combina ejercicios de alta intensidad y entrenamiento muscular con la lectura de versos bíblicos.

 

El fenómeno ha tenido sus detractores. En 2014 el Daily Beast, vislumbrando el nacimiento de la tendencia, publicó un artículo titulado «¿Se está transformando la cristiandad americana en un culto de entrenamiento?», pero quienes están detrás de estos programas los ven como una manera de trascender lo físico y aumentar su fe, combinando al mismo tiempo el objetivo de mantenerse en un peso saludable con el de estar más cerca de Dios.