El pasado enero, como cada año, varios Obispos y colaboradores de América y Europa (Holy Land Coordination) visitaron la Tierra Santa con el propósito de peregrinar, orar y aportar una voz defensora de la paz y la justicia para la Tierra Santa, escuchando a los cristianos valientes que allí viven, especialmente, y descubriendo los desafíos a los que se enfrentan. Al final de la peregrinación emitieron un Comunicado, que resumo, con el deseo de que el amor por las piedras vivas de la Tierra Santa, que son los cristianos, se mantenga y crezca entre nosotros.
Los Obispos continúan proponiendo la solidaridad con los cristianos que viven dentro de Israel. Ellos coexisten y trabajan juntos con otros creyentes por el bien común de su sociedad en Israel. De hecho el Estado de Israel se fundó en los principios declarados de igualdad entre todos sus ciudadanos. Y eso necesita urgentemente convertirse en una realidad vivida. Los cristianos de Israel quieren vivir como ciudadanos de pleno derecho, con sus derechos reconocidos en una sociedad plural y democrática. Realizan una contribución vital, especialmente a través de las escuelas, los hospitales, la participación en la vida pública y el interés por construir puentes entre las diferentes religiones. Sin embargo, es evidente que, al mismo tiempo, se enfrentan a profundas dificultades en todos los aspectos de su vida. Junto con otros ciudadanos Árabes Palestinos y emigrantes que viven en Israel, muchos cristianos se encuentran sistemáticamente discriminados y marginados. La principal preocupación es por la Ley del Estado-Nación (Nation State Law), recientemente aprobada. Los Obispos Ordinarios Católicos de Tierra Santa advierten que esto crea una “base constitucional y legal para la discriminación” contra las minorías, minando los ideales de igualdad, justicia y democracia (Declaración del 31/10/2018). Es bueno que nosotros, en solidaridad con las Iglesias presentes en Tierra Santa, apoyemos a los cristianos dentro de Israel y a todos los que desafían la discriminación, a fin de proteger el pluralismo del país.
En la más breve visita a Palestina, también se han encontrado que, a pesar de la fe y la resiliencia de los que han conocido, la miseria de la ocupación se ha visto últimamente agravada por los severos recortes de la financiación humanitaria por parte del gobierno de los Estados Unidos. La atención a la salud, la educación y otros servicios básicos para los refugiados están cada vez más amenazados, lo que exacerba las continuas violaciones de su dignidad humana fundamental. Esto no puede ser ignorado ni tolerado. Por eso los Obispos visitantes hacen un llamamiento a sus propios gobiernos para que contribuyan a corregir los problemas de financiación a los que se enfrenta actualmente la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) e incrementen sus esfuerzos en pro de una solución diplomática, con dos Estados democráticos soberanos, Israel y Palestina, que puedan vivir en paz.
Los cristianos creemos en la verdad de la Resurrección del Señor y por eso tenemos esperanza para el futuro. Podemos encontrar coraje y ánimo en las palabras del Papa Francisco: “Sabed siempre en vuestros corazones que Dios está a vuestro lado. ¡Nunca os abandona! ¡No perdamos nunca la esperanza! ¡No permitamos nunca que muera en nuestros corazones!” (24/07/2013). Son muy de admirar nuestros hermanos de Tierra Santa porque no pierden la esperanza. Deberíamos comprometernos, a través de la oración, las peregrinaciones sostenidas y la solidaridad real, a ayudar a mantener viva esta esperanza.
+ Joan E. Vives
Arzobispo de Urgell