Encerrada entre sus viejas murallas, Jerusalén es uno de los destinos más atractivos para visitar en Semana Santa. Un viaje emocionante tanto si se profesa alguna fe como si se es ateo confeso. Jerusalén es patrimonio sagrado para cristianos, judíos y musulmanes y la conmemoración de los últimos días de la vida y el calvario de Cristo se vive aquí con enorme devoción. 2.000 años después, miles de turistas de todo el mundo recorren los escenarios reales del vía crucis y participan de las celebraciones religiosas.
Una de las formas de conocer la ciudad vieja y su historia es a través de las ocho antiguas puertas que conservan sus murallas. Ordenadas en el sentido de las agujas del reloj, entren y vean.
1. Puerta de Herodes, también conocida como la Puerta de las Flores por las rosetas que la decoran. Esta entrada conduce a la antigua casa de Herodes, a la que Jesús fue enviado por Pilatos. Ubicada en el norte, da acceso a los mercados de la antigua urbe y al barrio árabe.
2. Puerta de los Leones –por los animales que la flanquean– o Puerta de San Esteban, en honor al santo mártir del cristianismo. Es la única que permite el paso a la metrópoli por el este y marca el inicio de la Vía Dolorosa, el camino interior de la ciudad antigua por donde Jesús cargó la cruz hasta el calvario.
La Semana Santa atrae cada año a miles de turistas de todo
el mundo hasta los escenarios reales del calvario de Cristo
3. Puerta Dorada, Puerta de la Misericordia o Puerta Oriental, este pórtico se ubica en la muralla occidental del Monte del Templo. Lleva varios siglos bloqueada y se dice que volverá a abrirse cuando el Mesías regrese.
4. Puerta de las Basuras. Por ella se sacaban los desperdicios de Jerusalén. A pesar de que su aspecto no es nada seductor, es un paso muy transitado, ya que es la forma más rápida de llegar al Muro de las Lamentaciones y a la Explanada de las Mezquitas, ambos en el lado occidental de la muralla y dos de los lugares más icónicos de la Ciudad Santa.
5. Puerta de Sión. A través de ella se entra a los barrios armenio y judío. Situada en la muralla sur, es la última de las cuatro puertas principales de la ciudad vieja. Para los árabes, es la Puerta de David, ya que la tumba del legendario rey está muy cerca.
Devoción y curiosidad marcan la celebración de la Pascua
6. Puerta de Jaffa. Es la única ubicada en el lado occidental de la antigua Jerusalén. Presidida por la Torre de David, es la más transitada, ya que es vía directa a los barrios cristiano y judío. Es paso obligado a las zonas más populares del zoco y al museo de la Torre de David. Desde aquí partía la carretera que unía Jerusalén y el puerto de Jaffa, por lo que era también la entrada de los peregrinos judíos y cristianos que llegaban de Europa.
7. Puerta Nueva. Es la única que no forma parte del diseño original de las murallas del siglo XVI. Fue construida en 1887, en los primeros tiempos del Imperio otomano, para facilitar la llegada de los peregrinos cristianos que acudían a los lugares santos situados en el interior de las murallas de Jerusalén.
8. Puerta de Damasco. La más grande e importante y la más defensiva de la ciudad antigua se ubica en la pared norte y mira hacia la capital de Siria. Es el corredor al multitudinario zoco árabe. Bajo ella, los arqueólogos descubrieron parte de la entrada a Jerusalén construida por Adriano en el siglo II.