Resurge en Pruchnik, Polonia la cara del antisemitismo católico genocida y el Papa Francisco reacciona como un Pio XII y no hace nada.
Ensenan a los niños a latigar y quemar “judíos”; atacan a la embajadora americana por “atreverse a desear un feliz Peisaj a los judíos polacos -por hacerlo en un país católico dicen los críticos-.
Mientras, en Ucrania, la tierra de Chmelnytsky (el más salvaje de los asesinos hasta la llegada de Hitler y Stalin) eligen un Presidente Judío demostrando que si puede haber un cambio logrando algo inconcebible hace apenas unos días, en Polonia apoyado por su gobierno y su Iglesia, la población “revive” la “tradición” de la quema de Judas que en ese país y toda la región, se tradujo de una “quema de esfinges” en una quema real de millones de personas.
Gracias a esta “noble tradición” los alemanes escogieron Polonia para sus campos de exterminio porque sabían que ahí, la población y la Iglesia Católica los apoyaría o cuando menos no les estorbaría y así fue como sucedió.
En la foto siguiente tomada en 1941 (cuando los alemanes ya habían instaurado la segregación de los ciudadanos polacos de religión judía de los católicos) en estos mismos pueblos se “celebraba” con el apoyo de la Iglesia y la repartición de buenas dosis de vodka la quema de Judas en Semana Santa.
En plena ocupación alemana, la población polaca, en vez de preocuparse por su salvación nacional, trataban de “garantizar” su salvación personal quemando figuras primero y judíos de carne y hueso después.
Hoy, bueno más bien ayer, en pleno 2019 en el poblado de Pruchnik los ‘buenos’ ciudadanos polacos -hoy ciudadanos de Europa (!!) se han dedicado a enseñar a las nuevas generaciones esta “bella tradición” que consiste en latiguear y quemar esfinges claramente identificables como judíos para castigarlos por la crucifixión (¿o será por la resucitación que sin la primera no habría sido físicamente posible?) Bueno, por lo que sea el caso es que nuevamente les están enseñando las mismas “bellas tradiciones católicas” que sabemos desembocaron y permitieron cuando no coadyuvaron en el asesinato de 6 millones de personas apenas hace 75 años.
Dicen que hoy vivimos en otro mundo (!!) que hemos aprendido, que la Iglesia ha reconocido sus errores, pero entonces si es así, porque esta nueva Iglesia Católica, aparentemente tan interesada en el dialogo y la convivencia con todo el mundo declaro -si solo declaro- que condena estos hechos.
¿Por qué no excomulgo a los que lo hicieron? porque no encerró en un convento a los curas que lo permitieron?
¿Por qué no pone un ejemplo claro que demuestre con actos inconfundibles que hoy la iglesia es diferente a la de hace unas décadas?
¿No se da cuenta el Vaticano que su tibia reacción se traduce en apoyo para estos extremistas?
¿No se da cuenta que el mensaje de amor y amistad solo es válido cuando se refuerza con actos y no con simples declaraciones?
El Papa debió haber sido más claro, más contundente, más Papa y haber condenado, excomulgado y expulsado de la iglesia a quienes permitieron coadyuvaron y realizaron estos actos para demostrar y dejarles claro que en Su Iglesia, no hay cabida para ellos.
Pero no lo hizo y no lo hizo quizás por las mismas razones que Pio XII tampoco lo hizo y es para no provocar a la extrema derecha aun cuando no hay armas alemanas apuntando a los monasterios ni persiguiendo a nadie.
Pero el Papa no reaccionó ni a esta clara provocación ni a ninguna de las que se repiten cada vez con más frecuencia en una Europa que cada día se parece más a la de los años 30’s con plena conciencia de todos.
Si el Papa, Trump y otros siguen apoyando – o ignorando a estas derechas fundamentalistas – todos podremos tener la seguridad de que volveremos a vivir los “emocionantes” confrontaciones del siglo pasado, que esta vez, al igual que entonces, no traerán de regreso a ningún mesías, pero resultarán en la muerte inútil de muchos inocentes.
Señor Papa por favor aprenda de los errores de pasados jerarcas de su Iglesia, sea claro y contundente en su mensaje y no permite que los nuevos fascistas -que son los mismo del pasado- destruyan todos los valores por los que Usted ha luchado desde que tomo posesión del cargo.
Aunque no sea obvio no hay tiempo que perder, cada día de silencio es un día de apoyo a los asesinos de mañana.
Polonia es, como dicen los extremistas locales un país mayoritariamente católico. Demuéstreles el poder de su Iglesia y sus creencias y castigue ejemplarmente a los extremistas. Deles su apoyo a las fuerzas del bien porque solo cuando los buenos callan, los malos ganan.