El emperador japonés Naruhito y el primer ministro Shinzo Abe se reunieron hoy, por separado, con el Papa Francisco, quien también tuvo un encuentro con sobrevivientes del sismo y tsunami de 2011, así como los afectados por la emergencia en la central nuclear de Fukushima, producida por esos eventos.

Con el monarca la cita en privado se desarrolló por 25 minutos en la sala de audiencias del Palacio Imperial de Tokio y de acuerdo a fuentes de la Casa Real, el líder católico recordó que tenía nueve años cuando ocurrió el ataque atómico a las ciudades japonesas de Nagasaki e Hiroshima y lloró al conocer su magnitud.

Naruhito agradeció al pontífice argentino el encuentro que mantuvo antes con las víctimas del terremoto de Fukoshima, provocado por un tsunami que llevó al fallo en la central nuclear, indicó un despacho de la agencia Kyodo.

Conversaron sobre el medio ambiente y la importancia del agua, temas difíciles de resolver al estar conectados con la economía, advirtió el pontífice, quien agregó que por eso se dice que “el agua causará el próximo conflicto” mundial.

El jefe de la iglesia católica regaló a Naruhito un mosaico elaborado por la fábrica del Vaticano que reproduce una vista del Arco de Tito, en Roma, del pintor Filippo Anivitti.

Luego el obispo de Roma, quien efectúa el primer viaje de un líder católico a Japón en 38 años, acudió con el primer ministro Shinzo Abe, en la Sala para Huéspedes Especiales en Kantei, donde hizo un llamado a los líderes mundiales para no usar armas nucleares.

“Invito a todas las personas de buena voluntad a alentar y promover todos los medios necesarios de disuasión para que la destrucción generada por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki nunca vuelva a tener lugar en la historia humana”, pidió el Papa.

Antes se había reunido con víctimas por el terremoto nivel nueve en escala de Richter, que generó un tsunami que embistió las costas del noroeste de Japón y dañó la central nuclear de Fukushima.

Este lunes tocó turno a 900 jóvenes que en la Catedral de Santa María en Bunkyo Ward, quienes le manifestaron sus inquietudes y más adelante ofició una misa para 55 mil fieles e inauguró la primera sede de Scholas Occurrentes, escuela de la Iglesia católica patrocinadas por el Vaticano, precisó Japan Times.

Francisco respalda un tratado de las Naciones Unidas que busca prohibir las armas nucleares y afirma que su posesión con fines de disuasión es “inmoral”.

El Papa termina este martes su viaje de cuatro días a Japón.