Los reyes magos han llenado de ilusión las casas de niños (y no tan niños) durante años, mientras esperaban impacientes su llegada la madrugada del 6 de enero. Cuando pensamos en ellos se nos vienen a la cabeza tres señores con barba (Melchor, Gaspar y Baltasar) que fueron guiados por una estrella desde Oriente hasta el portal de Belén en el que nació el niño Jesús, al que entregaron tres regalos: oro, incienso y mirra.
Aunque tiene su origen en la religión, la Biblia sólo menciona a unos “magos” que vienen de Oriente sin decir cuántos eran, cuáles eran sus nombres y sin describir su aspecto. Ni siquiera que fuesen reyes. Según Juan Carlos Cuadrado, uno de los malditos que nos ha prestado sus superpoderes y que ha estudiado la Historia de las religiones, esta tradición viene de mezclar “escritos canónicos y no canónicos” a lo largo del tiempo. Los textos canónicos son los Evangelios de los cuatro apóstoles, Marco, Mateo, Lucas y Juan, que forman parte de la Biblia.
Así, Melchor, Gaspar y Baltasar forman parte de una tradición que se ha ido transformando desde lo que aparece en la Biblia hasta lo que conocemos hoy en día. Lo que no queda del todo claro es de dónde viene que ellos sean quienes traen regalos el 6 de enero, aunque sí podría tener su origen en una costumbre pagana.
Melchor, Gaspar y Baltasar no aparecen en la Biblia: sólo menciona a unos “magos”
A diferencia de la tradición navideña de colocar y adornar el árbol de navidad, la de los reyes magos sí es una tradición religiosa (aunque el hecho de que nos traigan regalos podría ser una costumbre pagana). De hecho, es una tradición cristiana. Y como tal, podemos pensar que su historia aparece en la Biblia, aunque lo cierto es que en ella apenas se dan detalles sobre estos personajes.
La única referencia a ellos en la Biblia la encontramos en Mateo 2:1-12, uno de los textos que forman parte del Nuevo Testamento: “Unos Magos que venían de Oriente llegaron a Jerusalén preguntando: «¿Dónde está el rey de los judíos recién nacido? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarlo.»”. No hay mención a su aspecto, a que fuesen tres o a que se llamasen Melchor, Gaspar y Baltasar, como los conocemos ahora.
Pero según ese fragmento son “magos” y vienen de Oriente. ¿Os suena algún otro elemento de ese texto? Exacto, la estrella que los guía hasta el portal de Belén donde le entregan oro, incienso y mirra al niño Jesús.
Que sean “magos” y que vayan siguiendo una estrella no es casual: este término no tenía la misma connotación en la antigüedad que ahora y hacía referencia a sabios con conocimientos de ciencia, sobre todo de astronomía. Juan Chapa Prado, doctor en Teología por la Universidad de Navarra, nos cita el Diccionario Exegético del Nuevo Testamento, de H. Balz, que afirma que “el término ‘mago’ en griego deriva del nombre de una tribu médica que, en la religión persa, desempeñaba funciones sacerdotales y se ocupaba del estudio de la astronomía o la astrología”.
Hay numerosas referencias de autores que consideran que esa es la connotación que tiene la palabra “mago” en la Biblia. ABC cita en este artículo a João Scognamiglio, autor de Lo inédito de los Evangelios, que afirma en su obra que “en aquella época significaba personas de cierto poderío y que se distinguían especialmente en los conocimientos científicos, sobre todo astronómicos”. En el mismo sentido apunta la obra Diccionario Bíblico del Mundo Hispano de James Dixon Douglas, también citada por ABC.
Primero se convirtieron en reyes
Antes decíamos que, según Juan Carlos Cuadrado, la tradición actual es el resultado de mezclar varios textos canónicos y no canónicos a lo largo de los siglos. Pues bien, Quinto Séptimo Tertuliano, “un padre de la Iglesia y un prolífico escritor durante la segunda parte del siglo II y primera parte del siglo III”, fue el encargado de que los magos de Oriente sean considerados también reyes, cuando interpretó un texto del Antiguo Testamento (AT).
Para llegar a esa conclusión, Tertuliano se basó en el Salmo 72 del AT, que dice que “los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. Todos los reyes se postrarán delante de él. Todas las naciones le servirán”, en referencia al Mesías, que para los cristianos es el niño Jesús. A partir de ese momento los magos de Oriente comenzaron a llevar corona, puesto que Tertuliano los relacionó con estos reyes. Así lo recoge la Encyclopedia of Ancient Christianity a la que también cita el doctor en Teología Juan Chapa Prado.
En el siglo V el papa León I designa que los reyes magos sean tres
Estamos en el siglo III d.C. y ya son reyes además de magos. Pero para que se establezca definitivamente que son tres tenemos que ir al siglo V. Hasta entonces no había un consenso de cuántos eran los reyes magos de Oriente, como muestra la iconografía de la época. Un ejemplo es el de las catacumbas de Santa Domitila, en Roma, donde en uno de sus frescos aparecen cuatro reyes magos.
En la Encyclopedia of Ancient Christianity se recoge que la teoría más aceptada para decir que eran tres es que “se deriva de los tres regalos que ofrecen a Jesús (oro, incienso y mirra)”, además del simbolismo de ese número al estar relacionado con la Trinidad (que para la religión cristiana significa el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo).
Así, en el siglo V, el papa León I el Magno proclamó en sus Sermones para la Epifanía que los reyes magos de Oriente eran tres, como señala el historiador de la Universidad de Navarra José Javier Azanza, asentándose esta idea en Occidente.
Después conocimos sus nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar
En el siglo V ya son tres reyes magos de Oriente, pero ¿cómo se llaman? Azanza afirma que sus nombres “aparecieron por primera vez en el Evangelio Armenio de la Infancia del siglo IV” (un texto no canónico), pero que no serían “aceptados definitivamente hasta su inclusión en el Liber Pontificalis de Ravena, fechado a mediados del siglo IX”. Entretanto, sus nombres, escritos como Bithisarea, Melichior y Gathaspa, aparecieron en otras obras como la crónica del siglo VIII conocida como Excerpta latina barbari, tal y como señala la Encyclopedia Britannica.
Pero todavía nos queda una incógnita por resolver: ahora representamos a Baltasar como un hombre negro, pero esto no fue siempre así. José Javier Azanza apunta que en “los albores del cristianismo, a los tres magos se les representaba como de una misma raza” y con el mismo aspecto físico. Señala que es a partir del siglo XII cuando, “con la intención de simbolizar la universalidad del cristianismo, se diferenciaron e individualizaron”, adquiriendo cada uno de ellos características que los asociaban a “las tres partes del mundo entonces conocidas: Europa, Asia y África”.
Siguiendo con el historiador Azanza, aunque haya “algunos antecedentes aislados”, durante casi toda la Edad Media (del siglo V hasta el XV), se ignora esta referencia “condicionada por el rechazo al color negro que pasaba por ser el del demonio y el infierno”. Es ya a finales de esta época, durante el siglo XV, cuando se impone la figura del rey mago negro, explica.
Que nos traigan regalos sí podría tener origen en una costumbre pagana
El origen de la figura de los tres reyes magos, aunque no aparezca en la Biblia, sí está relacionado con la religión. Pero posiblemente el hecho de que nos traigan regalos cada 6 de enero sí puede tener un origen pagano.
Según la Encyclopedia Britannica, las celebraciones de Navidad y Nochevieja están directamente relacionadas con la festividad romana (y pagana) de los Saturnales, que se celebraban entre el 17 y el 24 de diciembre. Hacia el final de estas fiestas, en las que se decoraban las casas, también se hacían regalos.
La influencia de esta fiesta pagana “continúa sintiéndose a lo largo de todo el mundo occidental”, según la Encyclopedia Britannica. De hecho, la tradición de hacer regalos, como sabemos, no es exclusiva de España ni de los reyes magos. Uno de los personajes más famosos que regala por Navidad es Papá Noel o Santa Claus, pero hay países que tienen a su propia figura que, cada diciembre o enero, trae regalos a casa.
No está del todo claro de dónde viene que nos intercambiemos regalos en estas fechas, pero sí sabemos que probablemente este 6 de enero de nuevo vendrán los reyes magos de Oriente a dejarnos alguno en casa.
En este artículo ha colaborado con sus superpoderes Juan Carlos Cuadrado.