Poetas, geógrafos, matemáticos, médicos, botánicos, historiadores y sabios hispano-musulmanes, andalusíes, viajaron a La Meca e hicieron de este viaje uno de los hitos de su vida entre los siglos XI y XVII, como recoge el volumen «Peregrinos hispano-musulmanes a La Meca».

Editado por la Sociedad Geográfica Española y Lunwerg bajo los auspicios el Consorcio Español Alta Velocidad Meca Medina, este libro recoge semblanzas biográficas de quince sabios que tienen en común el haber contribuido al acercamiento entre Occidente y Oriente y al desarrollo de la cultura, la ciencia y el conocimiento geográfico de Al-Ándalus.

Entre ellos, el geógrafo y cronista del siglo XI Al-Udhri, que nació en Almería en 1003 y conoció La Meca con sólo 15 años –de modo que fue allí donde estudió el Corán– al autor desconocido de «Las coplas del Alhichante» de Puey Monçon, que narran el viaje a La Meca de un morisco aragonés, obra datada entre el XVI y el XVII.

Esta edición trilingüe en español, árabe e inglés reúne esos relatos biográficos incidiendo en el viaje que cada uno de estos sabios efectuó a La Meca, así como la impronta que ese viaje dejó en sus vidas, en sus obras y en su formación.

Estos sabios, que viajaron con el único propósito de llegar a La Meca y cumplir con el quinto precepto del Islam, dejaron testimonio escrito de las vivencias de su peregrinación en unos relatos que, según los editores de la obra, ponen de manifiesto la histórica conexión entre la Península Ibérica y las ciudades Santas de La Meca y Medina.

El desarrollo de aquellas rutas terrestres y marítimas que comunicaban el Mediterráneo occidental con las ciudades santas del Islam son muestra de las frecuentes comunicaciones culturales, comerciales y políticas que conectaron la Península con el mundo árabe.

A partir del siglo XII se desarrolló en Al-Andalus y el Norte de África el nuevo género literario de la «rihla», término árabe que significa «viaje» y cuya etimología hace referencia al viaje por etapas y a la posterior crónica viajera sobre esa experiencia.

La mayoría de estos viajes tuvieron en común el paso del Estrecho de Gibraltar para, desde tierra africana, embarcar y asumir los riesgos de tormentas y naufragios y llegar hasta El Cairo, ciudad en la que se encontraban los peregrinos procedentes de distintos puntos de Occidente.

Desde la capital egipcia preparaban los peregrinos su ingreso en alguna de las caravanas que partían hacia La Meca, en lo que suponía la segunda etapa del viaje.

Ibn Yubayr, que vivió entre los siglos XII y XIII y al que se considera padre de la «rihla», dejó varias crónicas sobre sus viajes, unos textos que son base del conocimiento sobre la situación política y religiosa del Sur de Europa y de Oriente Próximo durante esa época.

El malagueño Ibn al-Baytar, que vivió entre los siglos XII y XIII llegó a ser visir y director de los jardines de Damasco y a ser considerado uno de los grandes sabios de al-Andalus, además del principal médico y botánico de su época.

Ibn Jaldun, considerado padre de la historia moderna, el matemático Al-Qalasadi, el arquitecto Al-Sahili, los poetas Ibn Sa’id al-Magribi y Al-Shushtari son otros de los sabios relacionados en esta obra, que cuenta con una introducción de Javier Gómez-Navarro, de la Sociedad Geográfica Española, quien destaca rasgos comunes a todos ellos:

“Su arrojo, su decisión, su habilidad para manejarse por mundos ajenos y distantes» y «su voluntad piadosa, su devoción y su sabiduría”.