La Iglesia católica ya no es mayoritaria desde hace años en Uruguay y en toda América Central salvo Costa Rica. Según el Latinobarómetro, eso mismo ocurrirá a lo largo de este año 2022 en Brasil, el país con mayor número de católicos del mundo.
Este declive inexorable, del que son beneficiaros principalmente los grupos pentecostales, adquiere una dimensión histórica que ha llamado la atención del Wall Street Journal, que publicaba este martes un amplio reportaje al respecto.
Saciar la sed de Dios
Señala diversas causas, pero una sobre todo: «El auge de la teología de la liberación en los años 60 y 70. En esa época la Iglesia católica en Latinoamérica insistió cada vez más en que su misión era la justicia social, acabando en algunos casos en ideas marxistas, y no consiguió oponerse al atractivo de las comunidades protestantes».
Porcentaje de católicos por países entre 1995 y 2018. Infografía: Wall Street Journal.
Cita como resumen una frase ya icónica: «La Iglesia católica hizo su opción preferencial por los pobres y los pobres hicieron su opción preferencial por los pentecostales«. Los hombres necesitan que alguien sacie su sed de Dios. Es el caso de la Amazonia, donde ya hay un 46% de no católicos, mientras el sínodo amazónico de 2019 «dedicó más atención a los problemas medioambientales».
Interrogado al respecto uno de los participantes en ese sínodo, el salesiano uruguayo Martín Lasarte -quien se distinguió en él por su defensa del celibato-, concuerda en el análisis sobre el error de la sociologización católica, en la que «falta el sentido existencial de la alegría de vivir el Evangelio, el encuentro personal que ofrecen tantas iglesias pentecostales».
Razones del abandono
En buena medida se trata aún de un declive por abandono. En 2014 solo el 69% de los latinoamericanos se declaraban católicos, pero el 84% habían sido bautizados en la Iglesia. En el otro lado, del 19% de quienes se declaraban protestantes, el 65% eran pentecostales.
El declive de la Iglesia en las últimas décadas. Infografía: Wall Street Journal.
Esta deserción masiva tiene lugar a partir de los años 60. En los cincuenta años que transcurren entre 1970 y 2020, los pentecostales brasileños se multiplicaron casi por 7, pasando de 6,8 millones a 46,7 millones. En un país como Guatemala el crecimiento fue aún mayor: de 196.000 a 2,9 millones, se multiplicaron por 15.
Según los estudios sociológicos que cita Wall Street Journal, las razones principales por las cuales tantos católicos dejan la Iglesia por otras comunidades son «una mayor conexión personal con Dios» (81%) y una mayor ayuda a sus miembros (60%).
Una característica importante de ese compromiso es la asistencia al lugar de culto: según una encuesta realizada en Brasil en 2007, los miembros de las comunidades pentecostales que acuden al templo más de una vez a la semana son el 60%, por un 16% de los católicos.
La esperanza
El Wall Street Journal solo señala dos fuerzas que frenan la sangría de pérdida de fieles de la Iglesia.
Por un lado, grupos católicos conservadores que «reviven la misa tradicional» y «fortalecen la apologética en defensa de la doctrina católica». Cita el caso del gran éxito del sacerdote brasileño Paulo Ricardo.
Pero, sobre todo, el catolicismo carismático, que desde los años 70 «mantiene dentro de la Iglesia a muchos católicos atraídos por el pentecostalismo». En 2020, el 22,8% de los católicos latinoamericanos eran carismáticos.