La Semana Santa ocupa una posición central en el calendario de culto cristiano. La festividad más importante del cristianismo conmemora la Pasión, muerte y resurrección de Cristo. Como muchas otras celebraciones de las grandes religiones monoteístas, coincide con el inicio de la primavera y se vincula, así, con celebraciones precristianas asociadas al florecimiento y el reverdecer de la naturaleza. Como en el caso de la Navidad, los estudiosos sostienen que también en las celebraciones pascuales se produjo una cristianización paulatina de las celebraciones paganas.

La crucifixión de Jesucristo también coincide con el Pésaj, la celebración judía en la que se conmemora la liberación de la esclavitud en Egipto por Moisés. Cristo, de hecho, murió mientras los judíos se preparaban para festejar la fiesta y se considera que la última cena que celebró con sus discípulos representa una forma renovada de celebrar el Pésaj.

La simbología del huevo

Resurrección Cristo
Detalle de la resurrección de Cristo pintada por Fra Angelico. Imagen: Wikicommons

La asociación del huevo con los festejos de la Semana Santa se encuentra en numerosas tradiciones regionales del Mediterráneo y del Atlántico. Así, se decoran huevos o se consumen dulces en los que la imagen del huevo o del pollito es recurrente. En las roscas, los roscones y las monas de Pascua, con frecuencia, se incluyen huevos duros. De igual modo, la simbología del huevo también se retoma en los más modernos huevos de chocolate.

El huevo se vincula a la primavera y la fertilidad, y se relaciona con otras figuras del mundo animal, como los conejos y las liebres, de fertilidad proverbial. Ya en las mitologías del politeísmo, el huevo enfatiza la fuerza creadora de la que nace el mundo, como se muestra en los Vedas, en el mandeísmo o en las tradiciones órficas, por ejemplo.

Resulta problemático determinar el origen exacto de la relación entre cristianismo y la simbología del huevo. En algunos contextos históricos, tal asociación deriva de prácticas precristianas. En el ámbito anglosajón, por ejemplo, el huevo se relaciona con la diosa Eastre u Ostara, divinidad del despertar primaveral en cuyo honor se consumían huevos para incentivar la fertilidad. Otras teorías apuntan a que la prohibición de consumir huevos, al igual que otros productos de origen animal como la carne y la leche, durante la Cuaresma llevó a que las gentes cociesen los huevos puestos durante el período cuaresmal para conservarlos y poder consumirlos una vez finalizado el período de abstinencia.

En cualquier caso, y sea cual sea el origen de tal relación, la teología cristiana encontró en la imagen del huevo un poderoso símbolo para su mensaje. La nueva vida que rompe la cáscara se asocia al modo en el que, según los Evangelios, Cristo resucitó y abandonó su tumba. El huevo, además de ejemplificar la castidad y la pureza, expresa la promesa de una vida renovada.

Muchos de los dulces típicos que se preparan durante la Semana Santa exigen una fermentación larga que, con frecuencia, dura hasta tres días. Estos tres días se corresponden con el período que Jesucristo reposó en su tumba hasta el momento de la resurrección, de manera que, a través de los bollos pascuales, se celebra el misterio de la ascensión de Cristo a los cielos.

Los huevos como ofrenda durante la Semana Santa

Huevos decorados
Imagen: Wikicommons

A partir del medievo, en muchas iglesias se adoptó la costumbre de depositar un huevo de avestruz en el altar durante la celebración de la Pascua y también durante las Navidades. Igualmente, docenas de huevos de gallina constituían las ofrendas que los fieles entregaban a la iglesia durante la Semana Santa. En la Catedral de Burgos, la práctica de colocar huevos de avestruz a los pies de la imagen del Cristo crucificado es una tradición que cuenta con siglos de antigüedad. Recientes estudios llevados a cabo por la Universidad de Edimburgo sobre el material burgalés han probado que al menos uno de estos ejemplares se corresponde con un huevo fosilizado de Tyrannosaurus rex.

Otras de las prácticas pascuales habituales en algunos países como Bulgaria, Bélgica y Ucrania consiste en decorar huevos. Esta costumbre se encuentra tanto en los fieles de las iglesias ortodoxas como de las iglesias cristianas occidentales. En Gran Bretaña, se tiene constancia de la ornamentación de huevos con pan de oro ya en 1290, durante el reinado de Eduardo I, que luego se distribuían como regalo entre los miembros principales de la corte. Tradicionalmente, en la ornamentación de los huevos se ha dado preferencia por el color rojo, en referencia a la sangre de Cristo.

La caza de huevos, habitual en los países anglosajones, parece tener un origen protestante luterano. Esta actividad lúdica también hace referencia al misterio de la resurrección: descubrir los huevos escondidos sirve de emulación de los discípulos que hallaron vacía la tumba de Jesucristo.

Referencias

Newall, V. 1967. Easter Eggs. The Journal of American Folklore, 80(315): 3-32. DOI: https://doi.org/10.2307/538415

Steffler, A. W. 2002. Symbols of Christian Faith. Grand Rapids, Michigan: Wm. B. Eerdmans Publishing.

Descubren que uno de los huevos del Santo Cristo de Burgos es de Tiranosaurus Rex. Archidiócesis Burgos (acceso: 12/04/2022). https://www.archiburgos.es/2021/12/28/huevos-cristo-de-burgos-tiranosaurus-rex/

Eggs, bunnies and Jesus Christ: the history and origins of Easter. History Extra (acceso: 12/04/2022). https://www.historyextra.com/period/medieval/easter-history-facts-meaning-origin-jesus-eggs-bunny-church-celebrate/