Con una semana de diferencia, pues los ortodoxos se rigen por el calendario juliano, la Ciudad Vieja de Jerusalén celebró el reconocimiento de Jesús como Mesías y Salvador de Israel
Los cristianos ortodoxos celebraron el Domingo de Ramos en la Iglesia del Santo Sepulcro en la Ciudad Vieja de Jerusalén. La ceremonia, que ha sido dirigida por el patriarca ortodoxo griego de Jerusalén, Teófilo III, simboliza el relato bíblico de la entrada de Jesucristo a Jerusalén, señalando el inicio de la Semana Santa para los ortodoxos.
El motivo por el cual los ortodoxos celebran la pasión, muerte y resurrección de Cristo con otra fecha a los católicos, se debe a los ajustes que acometió el Papa Gregorio XIII en 1582, corrigiendo el retraso de diez días acumulados en el calendario «juliano», dispuesto por Julio César en el año 46 a.C. A pesar de que el Papa Francisco ha propuesto a los ortodoxos unificar las celebraciones, ellos han preferido mantener el calendario tradicional.