Puede parecer que el concepto de ser una persona espiritual esté distanciado o, incluso, peleado con la riqueza material, pero nada hay más equivocado que eso. La materia es lo que tenemos a la mano para experimentar el viaje de la conciencia en un mundo físico, por lo tanto, el principio de la materia es una condensación de la luz, que es infinita.
¿Cómo podría el Universo limitar la luz? Por medio de la materia. Sin embargo, lo que crea a la materia es infinitamente infinito, así que no sólo lo físico, con sus ciclos de vida y muerte, es parte del infinito, sino que es el infinito lo que está contenido en la materia.
Comprender esta noción nos ayuda a romper el paradigma que la psique colectiva humana ha sostenido por décadas, acerca de que lo espiritual, o las virtudes, o Dios, no están incluidos en el concepto de nuestras finanzas o riqueza material.
Existen distintas escalas en las que nos podemos mover de una encarnación a otra experimentando la materia. A veces seremos más pobres espiritualmente pero más ricos materialmente, y viceversa.
Pero son todas parte de la experiencia completa, así que es erróneo creer que riqueza material no tiene que ver con el espíritu. En realidad, la energía del dinero es neutral, puesto que sólo es un símbolo de intercambio para representar lo que podemos acaudalar, y son nuestras creencias las que le imprimen una polaridad.
Depende del uso que le demos, y por supuesto, de la forma en que llega a nuestras manos, que el dinero o la riqueza material estarán vibrando.
Si se roba, se transa, se despoja o se adquiere por medios que dañen a los demás o a la vida, entonces, por más riqueza que se acumule, estaremos generando una riqueza muy pobre, que tarde o temprano la vida en su matemática perfecta terminará por equilibrar.
Quiere decir que aún tenemos que ampliar nuestro conocimiento y experiencia en lo que significa generar riqueza desde el espíritu. Si obtenemos riqueza por medios genuinos pero con control, manipulación, avaricia, estaremos generando pobreza rica.
Si sostenemos creencias de la separación entre la riqueza material y el espíritu, renunciamos al dinero, hacemos votos de pobreza, e identificamos la bondad con la carencia de dinero, estaremos reforzando la creencia de carencia, y, de acuerdo al principio hermético de que todo es mente, eso es lo que manifestaremos.
Generar riqueza con la fuente de nuestra creatividad, disciplina, compromiso, labor satisfactoria, y servicio, será una generación por medios genuinos alineados a las virtudes del espíritu y, si comprendemos que una de las interpretaciones más importantes de la multiplicación de los panes que nos mostró el Maestro Jesucristo.
Es justamente el principio de generación infinita desde lo más supremo, comprendemos que no hay limitaciones para el espíritu, y que su naturaleza es la multiplicación sin fin y sin principio, desde la neutralidad y desde el Amor, que es el pegamento que une las moléculas de la materia.
Entonces estaremos en el punto en donde el círculo se cierra virtuosamente, y podemos compartir desde la provisión infinita exaltando las virtudes del espíritu humano como la generosidad, la bondad, la belleza y la estética, generando riqueza desde la riqueza.
Todo es espiritual, y el dinero, junto con todo el bien que podemos hacer con este, es mucho más espiritual de lo que creemos.