‘La iglesia cristiana sudanesa y sus instituciones no estuvieron condicionadas a ninguna agresión a través de la historia y por eso disfrutan de la paz y viven en el amor’, aseguró al-Bashir, cuyo Gobierno es asociado con frecuencia a restricciones contra los cristianos sudaneses.
Entre esas críticas figura la acusación en junio último de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre arrestos a líderes religiosos cristianos y la demolición de sus sitios de culto, lo cual fue considerado por el presidente estadounidense, Donald Trump, para extender por tres meses más las sanciones económicas contra Sudán.
El arzobispo de Canterbury, por su parte, aseguró que la Iglesia de Inglaterra ayuda con frecuencia a los musulmanes cuando están bajo presión, y transmitió sus deseos de que en Sudán ocurra lo mismo respecto a musulmanes y cristianos.