Cuando Donald Trump decidió reconocer a Jerusalén como la capital de Israel no todos dentro de su gabinete estaban de acuerdo con su decisión, entre ellos los más destacados fueron el ex secretario de Estado, Rex Tillerson, y el secretario de Defensa, James Mattis. Sin embargo, aunque habían divisiones a lo interno, para muchos cristianos evangélicos la noticia era un suceso para celebrar -81% de ellos votaron por él en las elecciones de 2016-. Y es que con el reciente traslado de la embajada estadounidense a la polémica ciudad se estarían cumpliendo ‘profecías bíblicas’ del fin de los tiempos.
‘Jerusalén ha sido objeto del afecto de judíos y cristianos a lo largo de la historia y la piedra de toque de la profecía. Pero, más importante, Dios dio Jerusalén al pueblo judío’, dijo el pastor y miembro de la junta asesora evangélica de Trump, Robert Jeffress, a la cadena CNN en diciembre pasado.
Tal parece que esta no es una declaración extraña para muchos evangélicos estadounidenses. Al menos dos tercios de ellos creen que la tierra de Israel pertenece a los judíos, porque consideran un hecho histórico la promesa Abraham, según una encuesta de LifeWay Research, hecha en 2017.
Para muchos la organización American Israel Public Affairs Committee (AIPAC) es la que mayor presencia e influencia tiene sobre las políticas estadounidenses destinadas a apoyar a Israel, sin embargo, las iglesias evangélicas le superan.
Por ejemplo, la iglesia ‘Cornerstone’ del pastor John Hagee, no solo ha donado más de $70 millones a la causa, sino que fundó la asociación Cristianos Unidos por Israel (CUFI por sus siglas en ingles), la mayor organización favorable a las políticas israelíes en territorio estadounidense, incluso mayor que AIPAC, reporta la cadena Vice.
En cuanto a la ‘profecía’ que menciona Jefferss, se trata del retorno de Jesucristo y el consiguiente fin de los tiempos. ‘Lo que pone en marcha el final de los tiempos es el restablecimiento de los límites políticos de Israel, a lo que Dios prometió a los israelitas según la Biblia’, aseguró a Newsweek otro pastor evangélico llamado Nate Pyle.
De acuerdo al sondeo de LifeWay, el 80% de los cristianos evangélicos estadounidenses consideran que la fundación de Israel en 1948 es evidencia de que el retorno de Jesús se acerca, tal como está escrito en la Biblia.
Esta idea fue popularizada por el libro The Late, Great Planet Earth de Hal Lindsey y Carole C. Carlson publicado en 1970, explicó el profesor Christopher Rollston de la Universidad George Washington a la cadena BBC .
Aunque la idea es mucho más antigua, este libro habría ayudado a popularizarla, ya que vendió millones de copias. Rollston agrega que al final, cualquier cosa que apoye al Estado de Israel es una ‘cosa buena’ para estos ferviente creyentes.
Esta percepción no ha cambiado con el paso del tiempo, como muestra otra encuesta hecha por Pew Research Center en 2003, en ella casi un tercio de los estadounidenses afirmaban que la existencia de Israel daba cumplimiento a promesas bíblicas. De este número, los porcentajes eran mayores entre los evangélicos y los afroamericanos.
‘En este punto, la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel es la única cosa concreta que sus partidarios evangélicos pueden señalar como parte del cumplimiento de la profecía bíblica para provocar la segunda venida de Cristo’, señaló el historiador Neil Young a Newsweek .
En otras encuestas este grupo se muestra más dividido. En una encuesta que elaboró el Brookings Institution, el 53% de los evangélicos apoyaron la decisión de Trump; un 40% se opuso.
De acuerdo a Elizabeth Oldmixon, profesora de la Universidad del Norte de Texas, este grupo que apoya a Israel representaría aproximadamente a 15 millones de estadounidenses, informa la revista Vox .
Oldmixon señala que estos grupos creen que antes de la llegada de Cristo habrá guerras, que en el proceso matarán a muchas personas, incluidos los judíos. ¿Y qué sucederá con los que no se conviertan al cristianismo?, ‘terminarán con el resto de los que no son salvos, lo que significa que serán eliminados y enviados al infierno’, explica la profesora universitaria a Vox .
En este proceso Jerusalén es un aspecto ‘central’ para el cumplimiento de las profecías y agrega que más allá del aspecto religioso; la alianza entre Israel y EE.UU. también es ‘política’.
‘Israel ha acogido con satisfacción el apoyo político de los cristianos evangélicos. Incluso animan a los cristianos a visitar Israel, a recorrer los lugares sagrados’, señala Oldmixon.
Para el reverendo Johnnie Moore, cercano a la actual administración, el apoyo de este grupo de cristianos a Israel es ‘muy pequeño’ y su influencia ha sido exagerada.
De acuerdo a Moore las discusiones en la Casa Blanca sobre la decisión de Jerusalén fueron políticas y no teológicas.
Los líderes ‘siguen la política en la región, conocen a las figuras públicas, leen los periódicos, informan acerca de las opiniones de la política exterior. Esta fue una opinión geopolítica, más que teología’, explica Moore.
‘Cualquiera que entienda la teología o escatología de los cristianos pro Israel sabe que ellos creen que son impotentes para cambiar la fecha del fin de los tiempos’, explica el ejecutivo de CUFI David Brog.
Por ello considera que su apoyo al gobierno israelí es por otras razones, ya que nada de lo que hagan puede acercarnos al Armagedón.
Tanto Moore como Brog favorecen la decisión de Trump en una ley que aprobó el Congreso en 1995 que reconoce a Jerusalén como la capital de Israel. Además, ambos creen que Trump cumplirá su palabra de no entorpecer el proceso de paz entre palestinos e israelíes con esta movida, aunque los últimos sucesos en la Franja de Gaza parecen contradecir sus palabras.