Es la ciudad donde se afirma que el Arcángel Gabriel anunció a la virgen María que tendría a Jesús. El alcalde local suspendió las celebraciones en protesta por la decisión de Donald Trump

Basílica de la Anunciación en Nazaret

No habrá este año celebración de navidad en Nazaret. La bella ciudad árabe israelí donde la tradición afirma que transcurrió Jesús su infancia protestará de ese modo por el anunció del presidente norteamericano Donald Trump que declaró, de modo unilateral, a Jerusalén capital de Israel ignorando el contencioso que enfrenta a los palestinos por esa urbe sagrada para las tes religiones monoteístas.

La decisión la adoptó el ayuntamiento local que dirige el alcalde Ali Salam, un árabe-israeli y de fe musulmana, informó ayer el diario digital Times of Israel.

mapa Nazaret

“Nuestra identidad y fe no están a debate (…) La decisión (de Trump) se ha llevado la alegría de las festividades y por eso cancelamos las celebraciones”, explicó el funcionario municipal. Así, una de las ciudades más importantes para el cristianismo, donde la Biblia sitúa la anunciación del arcángel Gabriel a la virgen María de su embarazo de Jesús, se quedará este año sin el festival típico, el gran mercado y otras actividades que forman parte del evento anual navideño y que congrega a una gran cantidad de turistas.

La protesta aparentemente no se repetirá en otras ciudades. La iglesia católica de Nazaret aclaró, sin embargo, que algunos de los actos organizados por la curia si se realizarán aunque de un modo mucho más limitado. “Si tendrán lugar” confirmó enfático a la agencia noticiosa española EFE el portavoz del Comité de Iglesias Católicas en Tierra Santa, Wadie Abunaser. Ello incluye la iluminación del árbol de Navidad que se producirá mañana y la procesión fijada para el 23 de diciembre, antes de Nochebuena.

La decisión de Trump sobre la capitalidad de Jerusalén, ciudad considerada santa por el judaísmo, el cristianismo y el islam, levantó una oleada de protestas y condenas de la comunidad internacional. También un brote de violencia que ayer se saldó con cuatro muertos palestinos y cuatro centenares de heridos (ver página siguiente).

Donadl Trump AFP

Trump anunció la semana pasada el cambio radical en las políticas de relativa neutralidad de Estados Unidos sobre el conflicto de Oriente Medio. Lo hizo en un ambiguo mensaje que no aclaró el destino de Jerusalén Este, la parte de la urbe que demandan los palestinos como su capital histórica.

Esa zona de la ciudad está ocupada por Israel desde la Guerra de los 6 días librada en 1967 y así se mantiene pese a una variedad de resoluciones condenatorias de las Naciones Unidas que consideran ilegal esa acción. Trump también ordenó el traslado de la embajada norteamericana desde Tel Aviv a Jerusalén lo que modifica el status quo diplomático que rige desde que se decidió que la ciudad santa era patrimonio internacional hasta que se defina su destino en negociaciones.

Nazaret, en la Baja Galilea, es la mayor ciudad israelí con población árabe, pero también cristiana en tono a los 76.000 habitantes. La Basílica de la Anunciación, en el centro del casco urbano, fue construida en el sitio donde los cristianos sostienen que existió el hogar del niño Jesús junto a su madre María.

El vocero de la alcaldía, Salem Sharara, dijo que la decisión no afectará los puestos del mercado de la ciudad y los servicios tradicionales de la iglesia para estas fiestas. Pero aclaró que “decidimos cancelar los cantos y bailes navideños tradicionales porque estamos en un momento de disputa, por lo que Trump ha dicho sobre Jerusalén”.

Un grupo de palestinos se protege de las granadas de gas durante los choques de ayer en Gaza. AFP

En aparente solidaridad con la medida, Belén, la ciudad palestina donde las escrituras afirman que nació Jesús y Ramallah, la capital de la ocupada Cisjordania, apagaron sus luces de Navidad también en protesta. No hubo sin embargo información inmediata sobre si las autoridades palestinas de la municipalidad de Belén analizarán algún recorte de las celebraciones navideñas.

El año pasado llegaron más de 120 mil turistas en su gran mayoría cristianos católicos. La cifra sin embargo se la calcula menor para esta temporada debido a la tensión que ha venido creciendo en la región por los anuncios de Trump.

La Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica, que integra medio centenar de países de esa fe, instaron a instalar sus embajadas en Jerusalén Este como un gesto de reivindicación de la capitalidad de ese área para el futuro Estado Palestino que aún no fue creado. Israel mantiene una política de colonización del este e Jerusalén y de toda la región de Cisjordania que traba una salida nacional palestina.