En los últimos dos años los cristianos marroquíes han dado diversos pasos para salir de la candestinidad. Uno de los más potentes fue la conferencia que se celebró en noviembre sobre religiones minoritarias y derechos humanos, de donde salió una declaración para buscar conjuntamente que el Reino de Marruecos avance en libertad religiosa.

Hasta ahora, los cristianos han tenido que vivir en la clandestinidad casi absoluta. No se les reconoce en la ley y la conversión del islam a otra religión está prohibida. Esto ha hecho que esta minoría haya vivido recluida. La práctica religiosa cristiana sí está permitida, en cambio, para los extranjeros, aunque también con restricciones en cuanto a la difusión de materiales o reuniones en espacios públicos.

 

UNA PUERTA DE ESPERANZA

Esta situación comenzó a cambiar hace dos años. Algunos cristianos marroquíes vieron la oportunidad de salir a la luz gracias a las palabras del Rey de Marruecos, Mohhammed VI, que en una entrevista dijo que era “el rey de todos los marroquíes, de todas las religiones”.

Poco después se organizó un foro sobre minorías religiosas en el mundo islámico en Marrakech, al que asistió el Ministerio de Asuntos Islámicos, que también fue una oportunidad para abordar la situación de los cristianos en Marruecos. En la reunión se presentaron una serie de recomendaciones que incluían el respeto a los derechos de las minorías religiosas en el Reino.

El rey Mohammed VI se comprometió entonces a garantizar la libertad de culto “a los cristianos, a todas las comunidades e iglesias combinadas que residen legalmente en Marruecos”, así como a los “marroquíes de la fe judía”.

Desde entonces, los cristianos marroquíes han empezado a salir de la clandestinidad. A través de una organización, la Coordinadora Nacional de Marroquíes Cristianos, han presentado una serie de demandas al Gobierno de Marruecos, entre las que se incluye la posibilidad de poner nombres cristianos a sus hijos, la libertad para no recibir educación islámica en el colegio, la posibilidad de tener cementerios propios, poder celebrar matrimonios cristianos, o el hecho de poder reunirse en las iglesias de forma libre. Estas pretensiones siguen sobre la mesa del Gobierno sin que haya, todavía, ninguna respuesta oficial.

 

A LA ESPERA

Es por ello que los cristianos prefieren, este año, no hacer ninguna petición ni reivindicación pública sobre la celebración de Navidad. Para “no crear cismas” en la sociedad, explicó a Efe Mustafa Susi, portavoz de los cristianos.

Así, las celebraciones navideñas tendrán lugar de forma privada, sin publicidad ni la asistencia de periodistas, algo que se promovió los dos años anteriores. “Nuestro principio es que si nuestras reivindicaciones van a crear cismas, tendremos que esperar; la seguridad del Estado está por encima de todo”, declaró Susi.