Es importante entender la relación entre la Iglesia cristiana evangélica y el pueblo judío, ya que de acuerdo con la Biblia, la nación de Israel es un termómetro de lo que ocurre con la iglesia.

Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos (Israel e Iglesia) hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.

Israel es la nación elegida por Dios y es la nación más importante de la tierra, tanto, que lo que suceda en y con esta nación afecta la paz, la economía y la estabilidad del mundo entero.

Así mismo es clave y como un termómetro que nos permite entender los propósitos de Dios con la Iglesia, de hecho, el Señor, asegura que la salvación viene de los judíos, aunque también hay que señalar que muchos creen erróneamente que la Iglesia reemplaza o sustituye al pueblo judío, lo que en ha generado animadversión en algunos sectores de quienes tienen la fe cristiana, pero esto se debe a la ignorancia de lo que afirman las Escrituras.

Al mismo tiempo, la mayoría de las naciones del mundo entero ven a Israel como un obstáculo para la paz y la culpan por los problemas que vive el mundo. Así como nos horroriza leer a lo largo de la historia la persecución y atrocidades que se cometieron contra los judíos, especialmente después de la diáspora del año 70 DC, ahora vemos que se ataca a la nación de Israel diariamente mediante críticas, noticias, editoriales, política internacional, inclusive entre muchos a quienes se les etiqueta como intelectuales.

Un poco de historia. El antisemitismo (odio a los judíos) motivado en mucho por el Islam ha pretendido destruir al pueblo judío y por ello se pretende borrar la historia bíblica, ¿se ha fijado que se habla hoy día mucho de Palestina y los palestinos y se trata de poner en la mente de la gente que los judíos son los invasores? desconocido de esta forma la historia milenaria de una nación, la cual nos relata la Biblia, curiosamente el libro más traducido y más vendido de la historia.

o 66. Comenzó la rebelión judía contra los romanos, recordemos que el imperio que se había extendido por Europa y parte de Asia, era cruel y los judíos intentaron una y otra vez deshacerse de ese yugo esclavizante, pero la invasión culminó con la destrucción de Jerusalén en el 70, y obviamente del templo que había construido Herodes el Grande, con la muerte de más de 1 millón de judíos y casi 100,000 que fueron llevados al cautiverio.

Año 130. Roma cambia el nombre a Jerusalén y le pone AElia Capitolina por el emperador AElias Hadrianus, (pues a los romanos les encantaba poner sus nombres a las ciudades) y por el dios Júpiter Capitolinus, construyendo el templo de Júpiter en el mismo lugar donde se encontraba el templo del Señor, lo cual promovió una nueva sublevación de los judíos, la cual tardaron más de 3 años en controlar los romanos, al final de la guerra en el año 135, fueron desterrados los pocos judíos que quedaban en Jerusalén y alrededores, terminando com más de 1,100 años de presencia judía en esa ciudad, la cual había iniciado con la conquista por parte del rey David 1 Crónicas 11:4-5 Entonces se fue David con todo Israel a Jerusalén, la cual es Jebús; y los jebuseos habitaban en aquella tierra. 5Y los moradores de Jebús dijeron a David: No entrarás acá. Mas David tomó la fortaleza de Sion, que es la ciudad de David. Roma decide quitar el nombre de Israel al país entero y le da el nombre de Syria Palaestina (la palabra latina que define Filistea, en recuerdo de los filisteos), así se convierte en la Syria de los filisteos, con el único fin de erradicar la memoria judía de la tierra.

A pesar de lo anterior, diversas comunidades judías continuaron viviendo en el territorio de Israel, las cuales permanecieron con luchas, guerras y problemas hasta que crecieron y se hicieron parte de lo que es el Israel actual, fueron estas comunidades las que hicieron que la presencia judía no fuera borrada por completo en la tierra.

Siglo VII. Los musulmanes conquistan la tierra, y dejan de usar el nombre de AElia Capitolina y llaman a Jerusalén, Al Quds, pero tanto judíos como cristianos, le devuelven el nombre de Jerusalén al paso del tiempo. Syria Palaestina, pasa a ser simplemente Palestina (por la influencia inglesa), que es la forma en que los medios de comunicación se esfuerzan por repetirnos todos los días a través de los noticieros.

El pueblo judío ha sido sistemáticamente perseguido, por un lado por los “cristianos religiosos” que nunca entendieron quién es Israel, ¿por qué? acusaron a los judíos de haber matado a Dios (en la crucifixión), y por el otro lado por los musulmanes, quienes consideran que los judíos son enemigos de Alá.

Quienes codiciaron y conquistaron la tierra de Israel a lo largo de la historia (musulmanes, cristianos, turcos, mongoles, mamelucos, etc.) derramaban sangre de los judíos que la habitaban.

¿Qué ocurría con los judíos exiliados? Aunque intentaron iniciar una nueva vida, no les fue mejor, pues también eran perseguidos y odiados por las mismas razones, lo cual tuvo su clímax en el holocausto nazi, con la muerte de 6 millones de judíos (la tercera parte de los que había en el mundo).

Siglo XX. Para entonces la tierra estaba bajo dominio de los británicos después de derrotar a los turcos durante la Primera Guerra Mundial, y fueron los ingleses quienes impidieron a los judíos que huían de los nazis, entrar en Palestina.

Los británicos habían recibido una encomienda por parte los países aliados: establecer un hogar nacional judío en Palestina, según la Declaración de Balfour de 1917. Pero esta resolución nunca se cumplió, al contrario, los británicos entregaron el 77% del territorio al rey Abdullah de Jordania en 1922, formándose el reino de Transjordania (hoy en día Jordania), prohibiendo a los judíos establecer su residencia, aunado a esto, se restringe a los judíos regresar a lo que quedó de Palestina. Si bien Gran Bretaña peleó contra Alemania en la Segunda Guerra Mundial, al finalizar ésta, su actitud hacia Israel fue hostil y cruel, pues si bien no los mataron directamente, sí les pusieron trabas y trampas para no regresar y poder encontrar refugio en su propia tierra.

Paralelamente algunos judíos comenzaban a regresar a su territorio comprándolo, formando comunidades y adquiriendo de esta manera la propiedad de la tierra, surgiendo el Keren Kayemet Leisrael, surgiendo muchos de estos asentamiento en lo que hoy es Tel Aviv.

  1. 1947. La ONU vota para dividir entre judíos y árabes el 23% restante de la tierra (lo que una vez fue Israel y posteriormente Palestina), después que los británicos regalaron el resto al rey Abdullah. Por esa razón Israel es hoy en día un país tan pequeño, ya que cuenta con menos de la cuarta parte de lo que era originalmente.

Debemos aclarar que para el pueblo judío, eso era lo de menos, no buscaban una gran cantidad de tierra, sino que se conformaron con lo que les dieron para poder establecerse. Obviamente los países árabes, que eran armados y entrenados por los propios británicos, no aceptaron la resolución de la  entonces incipiente ONU. No obstante, miles de judíos lograron entrar en Palestina, lo que desató una guerra violenta entre las fuerzas británicas y los judíos que lograban entrar a la tierra. Dios peleó por Israel, por lo que los británicos fueron humillados, pese a su enorme poderío militar, viéndose obligados a retirarse de la tierra.

14 de mayo de 1948. Los judíos que vivían en Palestina, declaran oficialmente que su patria declarando el nacimiento del Estrado Judío, y es el presidente de Estado Unidos de Norteamérica, Harry S. Truman quien con su puño y letra hace una anotación en el documento para corregir y llamarlo Estado de Israel, devolviéndole finalmente el nombre original. ¿Por qué hizo esto? Porque Truman era un cristiano evangélico y que desde niño había crecido conociendo y creyendo en las profecías bíblicas, incluso, él contaba que su madre le decía, “tú naciste con un propósito en esta vida” y cuando firmó este documento declaró, “finalmente entendí cual era ese propósito Dios para mí”.

Al día siguiente, 7 ejércitos árabes iniciaron una nueva guerra contra Israel, la cual, así como todas las demás guerras que se han suscitado, las ha peleado Dios en favor de Israel, dándoles la victoria, cumpliéndose así: Jeremías 1:19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

Cumplimientos proféticos. De esta manera se cumplió otra profecía bíblica ignorada por muchos, pero presente en todo tiempo para el Señor, Isaías 66:8 ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

Israel fue creada como nación por voluntad expresa y soberana de Dios. Deuteronomio 32:8-10 Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones, Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres, Estableció los límites de los pueblos Según el número de los hijos de Israel. 9Porque la porción del Señor es su pueblo; Jacob la heredad que le tocó. 10Le halló en tierra de desierto, Y en yermo de horrible soledad; Lo trajo alrededor, lo instruyó, Lo guardó como a la niña de Su ojo. Es la nación que ama el Señor. Jeremías 12:7 He dejado mi casa, desamparé mi heredad, he entregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos.

Dios mismo le dio sus límites. Números 34:1-12 El Señor habló a Moisés, diciendo: 2Manda a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán, esto es, la tierra que os ha de caer en herencia, la tierra de Canaán según sus limites, 3tendréis el lado del sur desde el desierto de Zin hasta la frontera de Edom; y será el límite del sur al extremo del Mar Salado hacia el oriente. 4Este límite os irá rodeando desde el sur hasta la subida de Acrabim, y pasará hasta Zin; y se extenderá del sur a Cades-barnea; y continuará a Hasaradar, y pasará hasta Asmón. 5Rodeará este límite desde Asmón hasta el torrente de Egipto, y sus remates serán al occidente. 6Y el límite occidental será el Mar Grande; este límite será el límite occidental. 7El límite del norte será éste: desde el Mar Grande trazaréis al monte de Hor. 8Del monte de Hor trazaréis a la entrada de Hamat, y seguirá aquel límite hasta Zedad; 9y seguirá este límite hasta Zifrón, y terminará en Hazar-enán; éste será el límite del norte. 10Por límite al oriente trazaréis desde Hazar-enán hasta Sefam; 11y bajará este límite desde Sefam a Ribla, al oriente de Aín; y descenderá el límite, y llegará a la costa del mar de Cineret, al oriente. 12Después descenderá este límite al Jordán, y terminará en el Mar Salado: ésta será vuestra tierra por sus límites alrededor.

Poco a poco, judíos de todas partes del mundo fuero retornando a su tierra, y cabe decir que en muchos casos animados, ayudados y auspiciados por creyentes evangélicos que con amor los impulsaron a volver a la Eretz, su tierra prometida, con movimientos como Operación Éxodo, cumpliéndose de esta manera lo escrito por Isaías 60:8-9 ¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas? 9Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre del Señor tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

En deuda. La Iglesia tenemos una deuda con Israel, primeramente porque el Dios en el que creemos es el Dios de Israel, la fe que tenemos, es la fe de Israel, la Palabra de Dios que conocemos, creemos y obedecemos es la Palabra que Dios le había entregado a Israel, porque si los gentiles hemos sido hechos participantes de sus bienes espirituales.

La salvación viene de los judíos. Está escrito que la salvación viene de los judíos. Recordemos además que la Iglesia del libro de los Hechos fue fundamentalmente judía, pastoreada y liderada por judíos, y fueron ellos los que se preocuparon por evangelizar a los gentiles y extender la Iglesia más allá de sí mismos, por ello, ahora la Iglesia no puede, ni debe olvidarse del pueblo judío, al contrario, debemos buscar su salvación, bendición y restauración.

Las guerras. Así como Israel ha sido, es y seguirá siendo perseguido y tendiendo guerras en su contra, lo mismo ha sucedido, sucede y acontecerá a la Iglesia como lo establece las profecías del fin de los tiempos: Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. Esta mujer de la que se habla es la Iglesia, y sus hijos, los cristianos, lo cual ha sucedido a lo largo de los últimos 20 siglos en diversas partes del mundo y de diferentes maneras, es lo que conocemos incluso en México, como persecución religiosa contra los cristianos evangélicos, pero lo mismo ha sucedido en regímenes totalitarios, dictatoriales, islámicos y comunistas, como la ex URSS, China, Corea del Norte, Cuba y muchos más.

La Iglesia será perseguida igual que el pueblo judío: Y se le permitió hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación. Habrá guerras que compartiremos judíos y cristianos. Y los reunió en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. Este lugar se encuentra en Israel, y es nada menos que el valle de Megido.

Nuestro Señor y Salvador es judío. Jesucristo, en quien creemos los cristianos es descendiente de Abraham, de la tribu de Judá y del linaje de David y se cumplen en Su persona más de 70 profecías del A.T. relacionadas con el Mesías.

En la bendición de Israel, es bendecida la Iglesia. De los dos pueblos, Dios hizo uno solo, esa es Su voluntad.

Bendecir a Israel nos bendice a nosotros. Salmos 122.6-8 Pedid por la paz de Jerusalén; Sean prosperados los que te aman Sea la paz dentro de tus muros, Y el descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos y mis compañeros Diré yo: La paz sea contigo. Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios Buscaré tu bien.

Israel no ha sido desechado como lo estableciera uno de los doctores de la ley del siglo I, Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.

Dios les dio estupor para que los que no somos judíos alcanzáramos la salvación: ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; 8como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. 9Y David dice: Sea vuelto su convite en trampa y en red, En tropezadero y en retribución; Sean oscurecidos sus ojos para que no vean, Y agóbiales la espalda para siempre. David mismo lo profetizó.

La salvación de los judíos marcará el tiempo de la venida del Señor: Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Lo más interesante de todos estos textos, es que fueron escritos por un judío, Saulo de Tarso y que estableció Iglesias cristianas en diversas partes del mundo conocido en siglo I.

Debido a lo anterior, al compartir el mismo Dios, la misma Palabra y la misma fe, los cristianos creemos la Iglesia ha sido injertada en el mismo olivo que Israel, como lo establece esta analogía que hizo uno de los doctores de la Ley del primer siglo: Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?

Judíos y cristianos alcanzarán misma la salvación de la misma manera. Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. Y éste será mi pacto con ellos, Cuando yo quite sus pecados. Así que en cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección, son amados por causa de los padres. Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios. Pues como vosotros también en otro tiempo erais desobedientes a Dios, pero ahora habéis alcanzado misericordia por la desobediencia de ellos, así también éstos ahora han sido desobedientes, para que por la misericordia concedida a vosotros, ellos también alcancen misericordia. Porque Dios sujetó a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Oramos por el pueblo judío. Bendígalos, pida por su paz, por su salvación por protección y para que cada día puedan relacionarse con el Señor su Dios de una manera viva, vibrante, y auténtica.

En breve veremos cómo es que el pueblo judío en lo general y la nación de Israel en lo particular han sido de gran bendición para todas las naciones de la tierra.